martes, 7 de octubre de 2014

Capítulo 12 - Ésto es imposible

Situación número 7 – Esto es imposible.

Llevo meses buscando pareja, pero no hay manera de encontrar a ese alma gemela con la que poder compartir momentos de alegría y diversión..........

Estos eran mis pensamientos, cuando sonó el timbre de la puerta………

Abrí la puerta y allí, estaba Azucena, mi vecina del quinto.

“Hola Javi”

“Hola, te hace falta azúcar, sal?……”

“No que va, es me he enterado de lo tuyo y quería saber cómo estás”.

“Ah eso, pues bien gracias”.

Para entender esta conversación, tengo que decir que Azucena debe tener unos 35 años y es una diosa del olimpo griego. No hace falta añadir nada más.

“Me alegra saberlo, pues siempre pensé que eras un chico muy majo”.

“Vaya!!!, muchas gracias”

“De nada y he pensado, que lo mismo algún día te apetece que salgamos por ahí a tomar algo”.

“Pues………..claro, claro que me gustaría”

“Pues nada, mañana sábado te bajo a buscar y nos vamos a bailar. Qué te parece???”

“Bien claro, claro, bien, claro, digo que bien, que me parece bien”

“Pues hasta mañana.

“Hasta mañana”.

Creo que me quedé ahí con la puerta sin cerrar y a la vista de todos los vecinos, por lo menos media hora.

“Esto es imposible, no ha podido pasar y yo estoy durmiendo seguro.”

Pues no, no estaba durmiendo, estaba en la puerta, con unos calzoncillos rahídos y con los pelos como si me hubiese peleado con un león.

“Joder!!!!!!!!!! Que pinta y esa chica me ha visto así, pero porque no estoy con smoking en casa para estas ocasiones????.”

Cerré la puerta y me senté en el sofá, puse cara de imbécil y rememoré la conversación, más que nada por si no había entendido algo bien.

Pero no, era justo como ocurrió, así que DESPIERTA!!!!!!!! Y ve pensando en que te vas a poner mañana!!!!!!.

“Y qué me pongo, pero si lo último que me compré fueron unos pantalones de pitillo de los años 70”

Así que salí corriendo al centro comercial más cercano para renovar mi vestuario.

Entré en la primera tienda que vi……….STRADINUSKOS.

La música era ensordecedora, insoportable y cansina……..

“Hola”, le dije a gritos al dependiente, bueno no sé si era el dependiente o su hijo, porque no debería tener más de dieciocho años.

“Busco algo de ropa moderna”

“Qué bien papi”…..dijo el chico………..

“Papi???”

A ver, antes era: si, señor acompáñeme y le mostraré el catálogo. Y eso se ha quedado en: Qué bien papi?????

Seguí al muchacho hasta el final del pasillo. Hubo varias ocasiones en que intenté avisarle que se le iban a caer los pantalones e incluso preguntarle, que por qué se los había comprado tres tallas más grandes. Decirle que se le veían hasta los calzoncillos, pero la música estaba tan alta, que el sonido de mi voz se propagaba de igual manera que si yo estuviera hablando debajo del agua.

Por fin llegamos a la zona que el dependiente me quería enseñar o debería decir “el del pendiente” porque llevaba una argolla en la oreja, que parecía una sartén.

“Mira papi, aquí está lo último que nos llegó, recién de USA, ya tu sabes, de los EEUU”.

Pero dónde coño ha aprendido a hablar este tío????.

Miré las estanterías y tan alto como mi garganta me permitió, le dije: “OYE, QUE AÚN NO ES CARNAVAL, QUE YO LO QUE QUIERO ES ROPA PARA IR A BAILAR.

“Ay papito, que estás fuera de onda wey, que esto es lo más novedoso, anda pruébate esto y esto y esto”.

Y con una maestría digna de un mago, aquél chaval colocó en mi brazo, tres pantalones cuatro camisas y dos gorras de beisbol.

“Mira, aquí están los probadores”.

No me dio tiempo a más, el chaval ya estaba atendiendo a otro cliente y yo allí en medio, y sin saber si entrar al probador o salir corriendo.

“Bueno me dije, por lo menos tendré que probarme estas cosas”.

Entré en el probador y al cerrar la puerta de cristal, vi que aquella puerta era del todo transparente, menos por una banda horizontal, que debía cubrir justo la zona genital o por lo menos eso es lo que yo esperaba, más que nada porque delante de esa puerta no hacían más que pasar clientes y la tienda era unisex.

La única manera para que no se me viera nada, era estar erguido y recto como un  palo, pero y cómo me iba a probar la ropa así?

Pues lo hice, me puse los pantalones sin doblar las rodillas y la camisa a la velocidad del rayo.

Salí del probador y buscando con la mirada al dependiente, le hice un gesto…….aquí chaval.

Al llegar éste me dijo: “Mira que bien te sienta todo, pero ponte la gorra, que va a juego”.

“Mira que lo de la gorra como que no me veo con ella”

“Que si, que es un conjunto rapero—tecno house y sin ella no queda bien”

“Que………….”

Antes de poder pronunciar el no, la gorra estaba en mi cabeza.

“Lo ves papi…..te queda de vérrrrrrrrrrtigo”

Si, el vértigo lo van a sentir las personas que me vean (pensé yo).

Cuando me miré en el espejo, vi un espantapájaros con unos pantalones bombachos verdes, una camisa azul fluorescente y una gorra que se me hundía hasta la barbilla.

“A ver hijo” dije yo, “Que no trabajo en un circo.”

Dicho lo anterior entré en el probador y me quité aquella ropa, pero tal era mi cabreo, que no recordé que la puerta era de cristal y que solo si me mantenía erguido, podía mantener mis intimidades a salvo.

Cuando salí del probador, toda la tienda me estaba mirando y sacando fotos para subir a Internet.

Ahora ya sé lo que significa ser, trending topic en Facebook.



 CONTINUARÁ……………

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