Situación número 7 – Esto es imposible.
Llevo meses buscando pareja, pero no hay manera de encontrar
a ese alma gemela con la que poder compartir momentos de alegría y
diversión..........
Estos eran mis pensamientos, cuando sonó el timbre de la
puerta………
Abrí la puerta y allí, estaba Azucena, mi vecina del quinto.
“Hola Javi”
“Hola, te hace falta azúcar, sal?……”
“No que va, es me he enterado de lo tuyo y quería saber cómo
estás”.
“Ah eso, pues bien gracias”.
Para entender esta conversación, tengo que decir que Azucena
debe tener unos 35 años y es una diosa del olimpo griego. No hace falta añadir
nada más.
“Me alegra saberlo, pues siempre pensé que eras un chico muy
majo”.
“Vaya!!!, muchas gracias”
“De nada y he pensado, que lo mismo algún día te apetece que
salgamos por ahí a tomar algo”.
“Pues………..claro, claro que me gustaría”
“Pues nada, mañana sábado te bajo a buscar y nos vamos a
bailar. Qué te parece???”
“Bien claro, claro, bien, claro, digo que bien, que me
parece bien”
“Pues hasta mañana.
“Hasta mañana”.
Creo que me quedé ahí con la puerta sin cerrar y a la vista
de todos los vecinos, por lo menos media hora.
“Esto es imposible, no ha podido pasar y yo estoy durmiendo
seguro.”
Pues no, no estaba durmiendo, estaba en la puerta, con unos
calzoncillos rahídos y con los pelos como si me hubiese peleado con un león.
“Joder!!!!!!!!!! Que pinta y esa chica me ha visto así, pero
porque no estoy con smoking en casa para estas ocasiones????.”
Cerré la puerta y me senté en el sofá, puse cara de imbécil
y rememoré la conversación, más que nada por si no había entendido algo bien.
Pero no, era justo como ocurrió, así que DESPIERTA!!!!!!!! Y
ve pensando en que te vas a poner mañana!!!!!!.
“Y qué me pongo, pero si lo último que me compré fueron unos
pantalones de pitillo de los años 70”
Así que salí corriendo al centro comercial más cercano para
renovar mi vestuario.
Entré en la primera tienda que vi……….STRADINUSKOS.
La música era ensordecedora, insoportable y cansina……..
“Hola”, le dije a gritos al dependiente, bueno no sé si era
el dependiente o su hijo, porque no debería tener más de dieciocho años.
“Busco algo de ropa moderna”
“Qué bien papi”…..dijo el chico………..
“Papi???”
A ver, antes era: si, señor acompáñeme y le mostraré el
catálogo. Y eso se ha quedado en: Qué bien papi?????
Seguí al muchacho hasta el final del pasillo. Hubo varias
ocasiones en que intenté avisarle que se le iban a caer los pantalones e
incluso preguntarle, que por qué se los había comprado tres tallas más grandes.
Decirle que se le veían hasta los calzoncillos, pero la música estaba tan alta,
que el sonido de mi voz se propagaba de igual manera que si yo estuviera
hablando debajo del agua.
Por fin llegamos a la zona que el dependiente me quería
enseñar o debería decir “el del pendiente” porque llevaba una argolla en la
oreja, que parecía una sartén.
“Mira papi, aquí está lo último que nos llegó, recién de
USA, ya tu sabes, de los EEUU”.
Pero dónde coño ha aprendido a hablar este tío????.
Miré las estanterías y tan alto como mi garganta me
permitió, le dije: “OYE, QUE AÚN NO ES CARNAVAL, QUE YO LO QUE QUIERO ES ROPA
PARA IR A BAILAR.
“Ay papito, que estás fuera de onda wey, que esto es lo más
novedoso, anda pruébate esto y esto y esto”.
Y con una maestría digna de un mago, aquél chaval colocó en
mi brazo, tres pantalones cuatro camisas y dos gorras de beisbol.
“Mira, aquí están los probadores”.
No me dio tiempo a más, el chaval ya estaba atendiendo a
otro cliente y yo allí en medio, y sin saber si entrar al probador o salir
corriendo.
“Bueno me dije, por lo menos tendré que probarme estas
cosas”.
Entré en el probador y al cerrar la puerta de cristal, vi
que aquella puerta era del todo transparente, menos por una banda horizontal,
que debía cubrir justo la zona genital o por lo menos eso es lo que yo
esperaba, más que nada porque delante de esa puerta no hacían más que pasar
clientes y la tienda era unisex.
La única manera para que no se me viera nada, era estar
erguido y recto como un palo, pero y cómo
me iba a probar la ropa así?
Pues lo hice, me puse los pantalones sin doblar las rodillas
y la camisa a la velocidad del rayo.
Salí del probador y buscando con la mirada al dependiente,
le hice un gesto…….aquí chaval.
Al llegar éste me dijo: “Mira que bien te sienta todo, pero
ponte la gorra, que va a juego”.
“Mira que lo de la gorra como que no me veo con ella”
“Que si, que es un conjunto rapero—tecno house y sin ella no
queda bien”
“Que………….”
Antes de poder pronunciar el no, la gorra estaba en mi
cabeza.
“Lo ves papi…..te queda de vérrrrrrrrrrtigo”
Si, el vértigo lo van a sentir las personas que me vean
(pensé yo).
Cuando me miré en el espejo, vi un espantapájaros con unos
pantalones bombachos verdes, una camisa azul fluorescente y una gorra que se me
hundía hasta la barbilla.
“A ver hijo” dije yo, “Que no trabajo en un circo.”
Dicho lo anterior entré en el probador y me quité aquella
ropa, pero tal era mi cabreo, que no recordé que la puerta era de cristal y que
solo si me mantenía erguido, podía mantener mis intimidades a salvo.
Cuando salí del probador, toda la tienda me estaba mirando y
sacando fotos para subir a Internet.
Ahora ya sé lo que significa ser, trending topic en
Facebook.
CONTINUARÁ……………
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