martes, 30 de diciembre de 2014

Capítulo 37 - Nuevo perfil de Cata...

Hola Javi, tengo que contarte una cosa, a ver qué opinas, resulta que como he tenido tan mala suerte hasta ahora con mis pretendientes en nuestra “web favorita” he decidido cambiar mi perfil y concretar más cómo soy. ¡Hijo, no veas que efecto ha tenido! Recibo todos los días whatsapps de un montón de chicos, aunque un poco raros y sorprendentes, mira te copio algunos ejemplos:

ROBERTO: Dime fecha, lugar y hora y allí estaré para conocerte y comprobar lo que cuentas, estoy deseoso.
(A éste le puede el ansia)

KIKE: Te voy a hacer ver las estrellas preciosa.
(Debe ser astrólogo, qué interesante)

MIGUEL: No sabes cómo me gustaría regar tu jardín
(mira qué apañao, lo mismo también plancha y lava, éste interesa)

ALBERTO: Tengo apartamento en la sierra, cuando quieras vamos

(¡Y yo casa en el pueblo!, mira el chulito éste…)

SEVERINO: Vas a experimentar lo nunca sentido, hasta dejarte agotada, llámame.

(Entre el nombre y la carrera que me va a hacer darme, éste me da miedo, no estoy yo para deportes de alto riesgo)

VICENTE: ¿Quieres cogerme el plátano guapa?

(Este quiere que le recoja yo la cosecha de las bananas, ¡vamos anda, qué morro!)

LUIS: Qué ganas tengo de pillar esos jamones

(¿cómo? ¿A éste quién le ha dicho que yo sea charcutera….?)

No entiendo nada Javi y yo sólo he puesto esto en mi perfil, un poquillo exagerado, pero vamos, tampocoooo…..:


“Mido 1,70 de altura, 110 de pecho, 60 de cintura y 90 de caderas, soy rubia natural, ojos verdes, modelo de ropa interior de prestigiosa firma. Entregada, sumisa, siempre dispuesta a todo lo que me pidan, no tengo prejuicios por nada y hago unas comidas estupendas, mi especialidad, las salchichas, de hecho, mis vecinos están encantados conmigo, el del quinto que tiene mucha cara, suele venir todos los martes, claro como le sale gratis, al del segundo le he dicho que no venga más, porque no tiene límites. En fin, aparte de eso, soy una chica normal, de padres millonarios, eso sí, conduzco un BMW deportivo que me regalaron por mi último cumpleaños y no tengo problema en prestárselo a quien me lo pida. Bueno, si os animáis a conocerme, ya sabéis, aquí estoy, os dejo mi teléfono para no andar perdiendo el tiempo xxxxxxxxxx”


No es para tanto ¿no Javi? No entiendo nada ¿y tú?

Capítulo 36 - Sigo sin novia

Después de mi amarga despedida con Esperanza, me sentí abatido, pues pensaba que hubiese podido tener una relación  duradera con ella, pero no pudo ser, así que continué con mi rutina habitual.

A los dos días tenía cita con el médico especialista de las piernas (piérnologo, creo que se llama), y acudí a mi cita para que me diera los resultados de las pruebas que tres semanas antes me había hecho.

“Buenos días doctor”.

“Buenos días, siéntese, por favor”.

El médico continuó diciendo:

“Hemos detectado un pequeño bulto en su pierna derecha y……………”

El médico paró de hablar y vino a recogerme del suelo, pues yo soy un poco hipocondriaco y me desmayé solo con oír la palabra –bulto-.

Una vez recuperado el sentido y curada la herida de la cabeza (dos puntos), el médico siguió diciendo:

“No se preocupe, es un pequeño cúmulo sebáceo, que precisamente está provocándole esas molestias. Así que tendremos que internarle en el hospital durante unos días, para extraérselo mediante cirugía”.

El médico paró de hablar nuevamente y otra vez me recogió del suelo, eso si, esta vez mi cabeza no dio contra su mesa y no tuvieron que ponerme puntos, con Mercromina y esparadrapo quedó resuelto.

Una vez yo en la silla (esta vez atado), el médico continuó:

“Así que le pediré cita para la intervención”.

Me desataron de la silla, y me llevaron en ambulancia hasta mi casa.

Dos semanas después estaba yo en la cama del hospital, esperando a que me quitaran el dichoso bultillo y aunque yo estaba muy nervioso, la verdad es que las enfermeras que me atendieron, me hicieron olvidar para qué estaba allí.

Había una en concreto (Amanda), que me trataba con especial cariño y eso no pasó desapercibido para mi.

Amanda era una mujer muy guapa, pelirroja natural y con unos andares que le hacían a uno perder el sentido.

“Buenos días” dijo Amanda y mirándome a los ojos.

“Buenos días” dije yo.

“¿Qué tal estamos?”

“Muy bien” dije yo.

“Pues vete preparando”.

-Uffff, pensé, preparándome?. Esta mujer quiere guerra ¡!!!.-

“Si” dijo ella con su dulce voz. “Debes prepararte para la operación de mañana, así que procura descansar esta noche”.

-Joer, pensé que me hablaba de otra cosa.-

“Está bien, descansaré todo lo que pueda, pero de todas maneras, que más se puede hacer aquí a parte de dormir?, pregunté a Amanda.

“Pues se pueden hacer más cosas de las que tu puedas creer, pero eso quedará para después de tu intervención” dijo ella.

-Glups, ¿A qué se referirá?, que lo mismo si quiere guerra ¡!!!-

Amanda salió de la habitación, contoneando sus maravillosas caderas.

Y yo me quedé solo en aquella habitación, con la única compañía de mi mente, la cual por otro lado, intentaba descubrir lo que Amanda quería decir con esa frase de: “Se pueden hacer más cosas de las que tu te crees”.

-A qué se referirá?, pensé.-

-Lo mismo está loca por mi y quién sabe, lo mismo lo hacemos aquí mismo, sin anestesia ni nada………..jajaja, pero que chispa tengo ¡!!!-

-O tal vez se refería, a que ella puede hacerme un striptease a lo enfermera de peli de adultos-

-No sé, tal vez desvarío, pero me ha parecido que mientras decía la frase, me sonreía.-

-Se habrá enamorado de mi?.-

-Lo mismo está casada y lo que quiere es una aventura, pero claro, a mi esas cosas no me gustan, pero, y cómo le digo que no?, si está más buena que un pan?-

-Y además, seguro que el marido no la hace ni caso y por eso no tiene más remedio que buscar  a alguien que la haga feliz.-

-Ese tío debe ser imbécil, con lo dulce que es Amanda; seguro que cuando eran novios le decía que la amaría toda la vida y mira ahora. Pobre chica de verdad. Que pena me da.-

-En fin……….y además, seguro que su marido se la pega con otra y ella se ha dado cuenta, pero no quiere dejarle, porque le ama, pero por otro lado, no puede estar al lado de un hombre que la está tratando de esta manera. Es que no tiene perdón de dios!!!!!!!.-

-Pero por otro lado, lo mismo es ella quien engaña a su marido, porque claro, ella tiene aquí muchas oportunidades de conocer a gente interesante y ese pobre hombre está en su casa sufriendo, mientras “Amandita”, está aquí pavoneándose con unos y con otros, tal como lo ha hecho conmigo y después pretenderá que al llegar a casa, su hombre le tenga preparada la cena y la ropa planchada.-

-Y si es lesbiana? y estoy yo aquí devanándome los sesos y pensando que quiere algo de mi?.-

-Y si es un travestí?. y después de ligar con ella, resulta que es un hombre?-

- No sé, pero me parece que esto no va por buen camino, yo creo que tenía demasiado interés en mi y eso no es normal. Y si es otro tipo de interés?-

- Espera, que lo mismo es de esas enfermeras que se cargan a sus pacientes y lo primero que hacen es caer bien, para luego, zas!!!!-

- Joer, a que es eso!!!!. Que yo no tengo suerte con las mujeres.-

- Que no me ha sonreído, que lo que ha hecho es reírse de manera sarcástica, como en las películas de terror!!!!.-

- Que ésta me lleva al hoyo, que te lo digo yo, que esa cara no es normal y encima pelirroja, que las pelirrojas son siempre las asesinas en los libros de misterio.-

- Esto no va bien desde luego que no, que hay demasiadas posibilidades de que esto no salga bien, mejor me quedo callado y en cuanto pueda me largo de aquí sin que nadie se de cuenta, que yo he venido aquí a curarme y no para acabar criando malvas.-

En eso que Amanda entra en la habitación, se acerca a mi cama silenciosamente y mientras sonríe dice: “Voy a terminar con tu sed.”

Yo, con el terror marcado en el rostro y los nervios desquiciados, salté por el otro lado de la cama y salí corriendo mientras decía: “Y una mierda!!!”

En mi loca carrera de huída, tiré el carrito de las medicinas que había en el pasillo, me resbalé y acabé cayendo de bruces encima de un señor que estaba en una silla de ruedas.

La silla empezó a deslizarse por el pasillo, y mientras el señor que iba en ella intentaba zafarse de mí, yo me agarraba a su cuello. El señor empezó a sacudirme, mientras el personal médico salía corriendo detrás de nosotros para detener la silla.

La silla aceleraba de una manera que parecía tener turbo, el señor me mordió un brazo como si llevase semanas sin comer y yo gritaba de dolor mientras veía que la silla avanzaba irremediablemente hacia un ventanal que estaba abierto.

La silla parecía volar hacia el ventanal, y yo del miedo, me mee tanto en los pantalones, que éstos parecían la desembocadura del Ebro. El señor no paraba de darme en la cara con la mascarilla del oxígeno.

El reguero de orina que fui dejando, hizo que el personal que nos perseguía fuera resbalando y así, médicos, enfermeras y ats, se empezaron a amontonar en el suelo unos encima de los otros.

El golpe contra la pared de la ventana era inminente y al buen señor no se le ocurrió otra idea, que meter su bastón entre los radios de una de las ruedas……….la silla se paró en seco y devino en un movimiento brusco de desaceleración, que provocó que la silla se venciese hacia delante y yo saliera disparado por la ventana abierta……………..

Una semana después, me desperté en una de las camas del hospital, lleno de vendajes y custodiado por dos guardias jurados.

En el cartel de mi cama ponía: “PELIGROSO, NO ACERCARSE”.


Amanda entró en la habitación y acercándose de nuevo a mi, me dijo: “No sé por qué no quisiste tomarte el zumo que te traía…………………”

viernes, 12 de diciembre de 2014

Capítulo 35 - El hijo de los "Monster"

Hola Javi, espero que no sigas enfadado conmigo, tengo que decirte que desisto, esto de buscar pareja empieza a se hasta peligroso y yo he llegado al límite, verás, te cuento:
Como no contestaste a mi propuesta de casarte conmigo…, yo he seguido en mi andadura por nuestra página favorita para buscar pareja.

Recibí un mensaje de Carlos, educado, simpático, guapo y con chalet en la sierra y todo. El caso es que después de vernos un par de veces me invitó este sábado a conocer a su familia en su chalet en Valdeserrano.

Hubo algo que me resulto curioso, a la vez que mosqueante y es que me pidió que yo fuera en mi coche para que no nos vieran llegar juntos, por cuestión de su intimidad, según decía, sus padres eran muy conocidos y de gran prestigio en la urbanización, yo me lo tomé como un protocolo a cumplir y por él, así lo hice.

Cuando llegué, allí estaba Carlos esperándome, tan guapo, arregladito y oliendo de maravilla, me cogió de las manos y entramos en el chalecito, como decía él, aunque más bien era una mansión de 8 habitaciones, a mí me pareció un poco siniestra y oscura, pero no dije nada y seguí con mi sonrisa de siempre.

Entramos a un salón, oscuro, tétrico con sillones rojos y paredes negras, ¡siiiiii! Las paredes estaban pintadas de negro y yo con mi inocencia pregunté ¿se os ha quemado la casa? Y me miró extrañado diciendo “no, en absoluto, ¿por qué lo dices?” ah, pensé son negras a propósito, ¡mama mía!

No había televisión, ni equipo de música, ni nada alegre, sólo cuadros de gente muy rara con caras muy extrañas. Carlos comenzó a presentármelos a todos, era la saga de los Capanegra ¡ojito el apellido….! Ahí tenía desde su tatarabuelo hasta uno que no sé quién era pero me le imaginé como su primo el de Transilvania….

De repente sonó un estruendo, como si estuvieran tirando la puerta abajo, Carlos me dijo “no te asustes, deben ser mis padres y mi hermana Soraya con el niño” “¿pero no tenéis timbre en la casa?” pregunté, me miró y no dijo nada, sólo se dio media vuelta para ir a abrir la puerta.

Durante más de 5 minutos, me vi sola en aquel salón tétrico, triste, negro muy negro y con todas esas caras antiguas y ancestrales mirándome, mientras que escuchaba gritos, risas y murmullos en la puerta, empecé a asustarme porque aquello parecía una película de terror, pero por fin, me tranquilice, sólo durante un minuto, cuando apareció Carlos por la puerta.

“Ya estoy aquí, te presento a mi familia:

Mi padre: Servasio Capanegra” (era moreno, alto, blanco, muy blanco, parecía que lo habían sacado de la tumba para presentármelo, serio muy serio y llevaba una capa negra muy larga, yo rezaba para que no abriera la boca y me mostrara los colmillos)

“Encantada Sr. Servasio” “Nooooo, llámame Mefis” me dijo con una voz que hizo eco por todo el salón.

“Mi madre, Laura Salem (¿De qué me suena esto de Salem….? No es por nada pero ya puedo decir, que he visto una bruja en persona, madre mía, la faltaba la escoba, pelo totalmente gris por debajo del trasero, la cara como si el panadero la hubiera llenado de harina, ojos negros, grandes, saltones, sombra negra, uñas negras, pintadas, se entiende, ropa negra, medias negras, ¡todo negroooooo! (Supongo que lo de la cara sería para distinguirla….)

“Un placer Sra. Laura” “Me llaman Witchi” dijo, (Leches ¿witch no es bruja en Inglés….? (¡ay madre, me estoy poniendo de los nervios!)

“Bueno y esta es mi hermana Soraya y mi sobrino Demian” (Soraya era aparentemente normal, sonreía continuamente y fue la única que me dio dos besos, el niño era indescriptible, era una imprudencia llevar a esa criatura con las orejas al aire, porque cualquier día iba a salir planeando, no es que fueran de soplillo, es que parecían las alas de un avión Jumbo, por lo demás, la criatura no tenía desperdicio, pero eso sí, era simpático y sonriente, como la madre, aunque había algo en ellos que no sé….., se miraban y reían a carcajadas, bueno, en principio no quise darle importancia al tema).

Después de las presentaciones, nos dirigimos al comedor y no me digas cómo, cuándo, quién ni por qué, pero la mesa estaba perfectamente puesta con la comida sólo para servir y yo no había visto movimiento alguno. Al principio pensé que la habían dejado el día antes y se me puso el estómago en la garganta, pero afortunadamente, a los 5 minutos de estar sentados, apareció Romi (Romina) rubia, bajita, con cara de mala uva y que cojeaba no sabes de qué manera, de ahí que tardara tanto en llegar desde la cocina. Romi, nos sirvió una sopa de primero, de un color un poco extraño, rojizo, pero el sabor era bueno, así la degusté tranquila.

Al no presentarme al papá de la criatura, durante la comida no pude por menos que intentar resolver mi curiosidad y pregunté a Carlos en bajito por no ser indiscreta con la muchacha.

“Sory, Cata me está preguntando por el papá de Demi”  “ja,ja,ja, empezaron a reír todos” No hubo contestación y no se habló más del tema….

Después llegó el segundo plato, entrecote con patatas y pimientos, enseguida pude comprobar que había un gran problema, no existía un solo cuchillo ni tenedor en la mesa, así que decidí esperar a ver qué hacían los demás, allí nadie hablaba ni tocaba la carne de ninguna manera, ¡claro no había cuchillos para cortarla ni tenedores para pincharla! Simplemente la miraban, al rato vino Romi y se llevó todos los platos intactos. Vamos que me quedé con las ganas de comerme el entrecote, aunque visto el panorama, me imaginé que ya lo habían paseado unos cuantos días por la mesa, pues nadie fue capaz de reclamar los cubiertos. Con mi curiosidad característica, volví a preguntar a Carlos en bajito “¿por qué no hay cuchillos ni tenedores en la mesa y nadie los reclama para comer la carne?” Carlos me miró y con una sonrisa casi sarcástica, ¡no, que narices, sarcástica del todo! Contestó: “mi hermana todavía no ha terminado el tratamiento y no queremos que le vuelva a pasar a nadie lo que le pasó al pedante de su marido, aunque se lo tenía merecido” “ y que le pasó al susodicho, si se puede saber”  “insultó a Sory y como es esquizofrénica le sacó un ojo con el cuchillo y lo dejó en su plato pinchado con el tenedor, le tenemos en el hospital hace una semana”  A partir de ahí me empezaron a entrar unos sudores incontrolables, sólo quería salir corriendo de allí, me parecía estar viviendo una pesadilla.

Como no quería morir tan joven ni que me quitaran ninguna parte de mi cara, que aunque ninguna es una maravilla, las tengo todas y yo veía a la joven bruja capaz de rebanarme los sesos con una cuchara o hacerme un pincho moruno con el atizador de la chimenea, pensé hay varias maneras de salir de aquí:

1ª Por patas, sin más, el patilargo del Drácula (padre de Carlos) me pilla seguro.

2ª Digo que voy al baño y me escapo por la ventana, seguro que no tienen ventana en el baño, ni siquiera tendrán baño o estará lleno de sapos, murciélagos o tendrán el ojo del cuñado metido en un vaso ¡noooo qué horror!

3º Me hago la chulita y digo que soy una bruja y que me tengo que ir porque  hay una reunión con las de Salem, noooo, que se me apunta la pelo estropajo (madre de Carlos).

De repente, Soraya dijo casi a gritos ¿Jugamos a lo de la guija como el otro día? ¡Nos lo pasamos fenomenal! Todos la acompañaron entre palmas y ovaciones. Ahí ya llegué al límite y aprovechando un despiste de los comensales que andaban discutiendo sobre qué espíritu iban a invocar, me perdí por la estancia, hasta llegar a la puerta, salí por la misma y corrí como en mi vida hacia mi coche, eso sí, perseguida por un par de rotwailers que parecían demonios negros. ¿De dónde habían salido esos bichos si cuando llegué no estaban?

Me metí en el coche y salí pitando.

Al día siguiente recibí un mensaje: “Cata, le has encantado a mi familia y tu manera de marcharte nos pareció a todos super divertida, esperan verte pronto otra vez, ¡tenemos guija pendiente…..”


Mi contestación: “Hola Carlos, soy la madre de Cata, lo siento, la han llamado para un trabajo muy interesante en Australia y ha tomado el avión esta misma mañana, no creo que vuelva en unos 5 ó 6 años, quizás se quede allí para siempre, me ha dado recuerdos para ti y tu familia y que gracias por vuestra “hospitalidad”.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Capítulo 34 - Adios Esperanza

Mira Cata, ya que lo nuestro es imposible y además no quiero perder un ojo la próxima vez que te vea, mejor te cuento, que volví a ver a Esperanza.

Quedamos en un parque de atracciones, pues ese fin de semana, el hijo pequeño de Esperanza lo pasaba con ella y claro, o íbamos los tres al parque o yo no podía quedar con ella.

Al llegar a la entrada del parque, ví a Esperanza y junto a ella, a un niño de unos 10 años. El niño era una monada, rubito, ojos azules y quieto como una estaca.

“Hola Esperanza”

“Hola Javi”.

“Qué hijo más educado tienes, no como aquel que está pateando una papelera, parece mentira que haya padres que dejen a sus hijos solos, y claro, luego pasa lo que pasa, que los niños son unos borricos, como aquel de allí, que al final destroza la papelera del parque”.

Según hablaba, una señora cogió de la mano al niño rubito que estaba junto a Esperanza y lo llevó dentro del parque.

“Esperanza, al final has venido sola?”.

“Pues no Javi, no he venido sola, he venido con mi hijo y es ese que está ahí entreteniéndose con la papelera”.

Me quería morir, acababa de llamar borrico al hijo de Esperanza, pero cómo iba yo a saber que esa mala bestia era su hijo???.

“Bueno………..jajajaja, la verdad es que lo chiquillos tienen que entretenerse con algo”, dije yo.

Esperanza y dirigiendo la mirada hacia su hijo le llamó…………………”Ángel!!!, ven aquí!!!.”

El niño se llama Ángel????, pues debe ser el ángel caído, pensé.

Una vez en la fila para sacar las entradas, el “angelito” mirándome con cara de demonio “espeluchao”, me dijo en voz baja: “Como te hagas novio de mi madre, te vas a enterar…………”.

Miré al niño con cara de asombro y le dije: “Mira hijo, no pretendo quitarte a tu madre, solo quiero que lo pasemos bien”.

El niño me respondió: “Yo no soy tu hijo, y te voy a hacer la vida imposible”.

Mientras Esperanza se volvía de la taquilla con las entradas, el “nene” empezó a gritar:

“MAMÁ, MAMÁ, ESTE SEÑOR A MIRADO A LA RUBIA DEL CULO GORDO!!!!!”.

“Pero qué dices Ángel!!!”. Dije yo.

“Que si, que le has mirado el culo y encima les ha dicho que le dé su teléfono!!!”.

“Pero niño!!!!”.

Esperanza me miró con cara de odio mientras decía: “PERO CÓMO SE TE OCURRE HACER ESO JAVI??? Y ENCIMA DELANTE DE MI HIJO??”.

“Esperanza, que yo no……………….jajaajaja, mujer que yo no……………..”

“Mira Javi, tengamos la fiesta en paz y DEJA DE MIRAR CULOS!!!”.

Yo no sabía como explicar a Esperanza, que todo era una invención de su hijo, así que asumí la “regañina” y decidí seguir adelante.

“Mamá”, dijo el hijo de……...Esperanza. Vamos a la Montaña Rusa”.

“Si hijo”, dijo ella.

Al llegar a la atracción, vimos que había una fila con por lo menos media hora de espera.

“Mamá” dijo el niño, “Tendremos que aguantar esta fila?, el novio que tenías antes, nos colaba siempre, porque tenía pase VIP. Este novio nuevo tiene pase VIP o es un “agarrao?”.

Esperanza me miró y yo sin más dilación, me dirigí a la taquilla, para sacar un pase, no VIP, si no super VIP, para que el “angelito” no tuviera que esperar la fila.

Me costó 200 euros, pero claro, no podía quedar delante de Esperanza, como un “agarrao”.

Una vez adquirido el pase y puestos en la fila de los VIP, solo quedaba esperar a que llegasen las vagonetas.

Cuando el “trenecito” se paró, yo le dije a Esperanza que mi vértigo no me permitiría montar en ese trasto y claro, ese niño lleno de dulzura dijo: “Mamá quiero que este señor monte conmigo”.

“Qué???” dije yo.

“Si mamá, y además en el primer vagón, que mola más”.
“Esperanza” dije yo, “Tengo mucho vértigo y si monto ahí, no sé que va a pasar”.

Esperanza, mi dulce Esperanza me dijo: “Mira Javi, es un capricho del niño y claro, si pretendes caerle bien, no te queda otra que montar con él”.

Yo debo ser gilipollas o tonto o imbécil, pero el caso es, que accedí”.

La secuencia fue como sigue……

Monto en la vagoneta.

El niño se ríe que se le van a partir las mandíbulas.

Mi cara se torna blanca como el mármol de “Carrara”.

El niño se sigue riendo.

Esperanza me mira.

Yo me cago en mi estampa, en la calavera del niño y en la madre que parió a Paneque.

El niño ve mi semblante (blanco muerte) y sigue riendo.
La vagoneta empieza a moverse.

Y mi estómago también.

Espero perder el conocimiento, pero no.

El niño ríe.

Yo me cago en todos sus muertos.

Esperanza me mira.

Empiezo a odiar a Esperanza.

El niño ríe aún más.

Yo me cago en los pantalones mientras veo la “peazo” de cuesta que hay enfrente.

El niño ríe a carcajadas.

La vagoneta va cuesta arriba, muy cuesta arriba.

Al llegar a la cima……………………….veo que hay una cuesta abajo, que debe haber sido planeada por un loco……………….y la vagoneta empieza a bajar…..

En los primeros cinco metros de la bajada, siento como si el mundo se fuera a terminar……………….en los cinco posteriores………mi vómito empieza a planear sobre la gente del “trenecito”, yendo a parar sobre una señora con peluca……….

El niño está despelotado de la risa.

Esperanza me mira mal.

Yo además de vomitar sin límite, empiezo a sentir que la respiración me falta.

Al final de la cuesta, hay una curva a derechas y el vómito se desparrama hacia la gente que hay mirando la atracción.
Todo el mundo me mira y con gestos de odio y asco, me señalan.

El resto del trayecto prefiero no recordarlo.

Al bajar de la atracción, y casi sin poder mantener la verticalidad, Esperanza me dice: “No creo que esta sea la mejor manera de empezar una relación”.

Yo, sin poder contestar, veo que el niño le da una patada a un bote de Coca Cola, que sin tener una dirección clara, me pega justo entre las piernas……………….caigo al suelo del dolor y mirando fijamente al niño le digo: “Mira niño, hoy acabo de descubrir, que el demonio existe”.

Esperanza muy ofendida, coge de la mano al niño y dice: “Mira Javi, hemos terminado”.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Capítulo 33 - Los geranios de Cata

Hola Javi

Hola Cata

¿Sigues enfadado conmigo…?

Te recuerdo que fuiste tú la que te pusiste como una fiera, así que el enfado es tuyo no mío.

Ah, no me acordaba, vale, pues te perdono, Javi

¿Coooooomo? Bueno…, dejémoslo estar, ¿Qué te cuentas?

Estoy subida a una cornisa, Javi

¿Queeeeeee? ¡pero Cata!

Sí, ya ves, es lo que hay, no tengo nada mejor que hacer.

¡Pero Cata, siempre hay algo mejor que hacer! Voy para allá enseguida.

(Javi sale despendolado hacia casa de Cata, llama a la puerta y no contesta nadie, alarmado la llama por teléfono)

Hola Javi ¿por qué me has colgado el teléfono?

A ver, Cata, ¡estoy en la puerta de tu casa, abre por favor y no cometas una locura, mujer!

¿Locura yo? Javi ¿qué te pasa?

Cata abre la puerta y Javi se la encuentra con un mandil de lunares, unas botas katiuscas verde puñeta, un moño en el pelo hecho con mala leche y unos guantes de goma que la llegan hasta los codos.

¡Caaata! ¿qué estás haciendo?

¿Yo? Podando y arreglando las plantas que están en la cornisa de la terraza de mi casa ¿hay algún problema  Javi? NO SOY ALÉRGICA A LAS PLANTAS Y EN ESTA ÉPOCA NO HAY MOSQUITOS NI AVISPAS QUE PUEDAN PICARME, ¿QUÉ NARICES TE OCURRE JAVIIIIII?

Bueno Cata, yooooo, es que túuuuuu, no sé ni qué decir, creía que te ibas a tirar por la ventana.

¡Ahhhh ya entiendo, por la cornisa, ja,ja,ja, me parto, me troncho y me mondo, ayyyy Javi!

¡Mira Cata, a mí no me hace gracia, tus jueguecitos! Aunque sinceramente, me alegro de haberme equivocado.

¿Venías a salvarme Javi? Ayyyyyy ¡qué romántico! ¿quieres casarte conmigo….?

Javi se puso verde, luego azul, luego rojo y después amarillo, no tenía palabras, así que sólo pudo darse media vuelta y marcharse.

Cuando estaba saliendo por el portal, oyó la llamada de Cata:

"¡Javiiiiii, que se me ha olvidado enseñarte el geranio tan bonito y tan grande  que tengo, miraaaaaa!"

De repente absolutamente todo el mundo que paseaba por la calle se quedó mirando a Javi y también a Cata, como en las películas.

De repente Cata perdió en equilibrio y al agarrarse a la barandilla, dejó caer la maceta con los geranios que tenía en la mano, con tan mala suerte que fue a parar sobre la cara de Javi que miraba para arriba intentando contestar a su amiga.


Afortunadamente era un primer piso. El resultado fue, Javi con un pómulo, hinchado y morado y la boca llena de plantas y Cata llorando a su lado, pero de risa……

jueves, 4 de diciembre de 2014

Capítulo 32 - Aquí no hay quien se aclare Cata

Después de mi NO conversación con Cata, me quedé un poco preocupado, pues ella siempre me había entendido muy bien. La verdad es que no sé que le pasaría para no dejarme hablar.

Así que la llamé, para ver qué le ocurría.

“Hola Cata”.

“Hola Javi”

“Oye Cata, el otro día me dejaste perplejo”.

“Y eso por qué?”.

“Mujer, no me dejaste explicarte, que aquella chica de la terraza no era Esperanza y que además, Ana es solo una amiga”.

“Si, ya, seguro”.

“Y dale. Que te digo que la de la terraza es una amiga que estaba en apuros y que yo estaba allí solo para ayudarla.

“Por cierto Cata, noté por tu forma de hablar, que lo mismo te pasa algo?”.

“A quién a mi?”.

“Si a ti, pero no llego a entender el qué”.

“Mira Javi, a mi no me pasa nada”.

“Bueno está bien no insistiré, pero que sepas que me dejas preocupado”.

“TU?, preocupado por MI????............JA”.

“Pero Cata, qué te pasa conmigo, que últimamente me hablas con ese desprecio”.

“Pues mira, te lo voy a decir, aunque no debería, pero ya que preguntas, te diré que te estás portando fatal conmigo”.

“Contigo?”.

“Si”.

“Pero por qué?”.

“Mira Javi, no haces más que quedar con mujeres que están como un cencerro y sin embargo, jamás se te ha ocurrido quedar conmigo”.

“Pero Cata, que tu y yo somos amigos”.

“Pues por eso”.

“Mira Cata, noto cierto tono en tu voz………….”.

“Tono de qué?”.

“Pues que creo que estás un poco celosilla”.

“CELOSA YO!!!!!!????”.

“Mira Javi, te tengo en gran aprecio, pero eso que acabas de decir…………”.

“Cata, que lo único que digo es, que últimamente te noto rara”.

 “JA…………..rara yo dice…………….pero serás idiota!!!”.

“Vale hija, vale, no he dicho nada”.

“Pero cómo que no has dicho nada???”.

“Solo dije que estás rara”.

“Sabes una cosa Javi?”.

“Dime”.

“VETE A LA MIERDA!!!!!!!!!!!!”.

Tututu………tututu.

“Joer, que me ha colgado!!!”.

Vuelvo a marcar…………

Se oye como descuelgan el teléfono……….

“Pero vamos a ver y déjame terminar lo que tengo que decir………….. Estás rara si, y te imaginas cosas que no son verdad y además, por qué tengo yo que explicarte lo que hago???. A ver, siempre fuimos amigos y tu nunca me diste señal alguna de que quisieras tener algo conmigo más que una amistad y encima me reprochas que estuviese con mi amiga Ana, intentando evitar que saltara por la terraza. Ah y eso si, encima llevo meses contándote que quedo con todo tipo de locas que no hacen más que complicarme la vida, si, pero claro, mi amiga Cata no me dice que tal vez podíamos haber tenido una relación que no fuese más allá de la amistad y qué, qué me dices a eso, a ver dime, dime???????”.

Pues le digo que está usted llamando al parque de bomberos y que el calentón que tiene no se lo vamos a poder apagar, porque solo apagamos fuegos. Y que como vuelva a llamar aquí, SO IDIOTA, vamos a llamar a la Policía. IMBÉCIL!!!!”.

Tututu……..tututu.


 GLUPS!!!!!!!!!

viernes, 28 de noviembre de 2014

Capítulo 31 - Conversación con Javi el día después del día después.....

Hola Javi

Hola Cata

Te he visto en las noticias, ¿qué te ha pasado con Esperanza?

¿Ah sí? No fastidies, nooo, con ella nada

Pues yo te he visto agarrándola fuertemente en la cornisa de una terraza y no es un sitio muy romántico, je,je.

Nooo, Cata, te equivocas

Eras tú seguro, Javi, inconfundible ¿no habrá sido por la colonia? A ver que le has comprado a la chica, ¿una de los chinos? ¡hijo qué rata!

Cata, déjame explicarte.

¡No la habrás drogado Javi! Porque se la ve a grito pelado ¡cásate conmigo, me lo has prometidooooo!

Que no, Cata, que te cuento…

Si lo sé te digo que la regales flores, Javi, me siento culpable y tengo ganas de llorar.

Nooo, Cata, de verdad, mira enseguida lo entenderás.

¡No hay nada que entender! Y yo estoy muy sensible, pobre Esperanza, ¡sois todos iguales! ¡no puedo parar de llorar!

¡Pero Cata…..! a ver, déjame….

Noooo, ¿se tiró al final, por tu culpa? ¡Eres un asesino!

¿yoooo? ¡Cata por Dios!

¡No esperaba esto de ti! Pobre chica, ¿tenía hijos?

¡¡¡¡¡¡¡Cataaaaaaa!!!!! ¡ya está! ¿Me escuchasssss?

Bueno, sí, pero no grites, me lo dices antes y te escucho.

¿ehhhh? ¡Si llevo toda la conversación intentándolo!

Bueno, a ver, la que viste en la cornisa no es Esperanza, sino Ana.

¿Estás con dos a la vez? Uyyyy Javi.

¡Noooo! Ana es una amiga de hace muchos años y yo la llamé ayer.

Ahaaaa, recuperando ligoteos de adolescente ¿eh, pillín?

¡Que no, Cata! Ella se dedica a la cosmética y como tú me dijiste lo de la colonia.

Ah ya, ahora tengo yo la culpa, ¡pues haberla comprado un anillo o una pulsera!

Bueno, mujer, no es tu culpa, Ana está un poco nerviosa porque se ha quedado sin trabajo y sin novio.

Ya entiendo, seguro que fuiste a la perfumería donde trabaja, la liaste con las colonias y la han echado. La harías probarse todos los perfumes, luego la olió su novio y ahora se cree que es lesbiana, ¡Javi, la que has liaoooo!

¿Yo? Noooo, yo no, Cata, vaya historia te estás montando.


Bueno, Javi, te dejo, que me está escribiendo un mensaje un amigo muy interesante. Ya me contarás como acabas con Esperanza y con Ana, ¡vaya follón, hijo! Un besote. 

Tengo unos amigos más raros……