Mira Cata, ya que lo nuestro es
imposible y además no quiero perder un ojo la próxima vez que te vea, mejor te
cuento, que volví a ver a Esperanza.
Quedamos en un parque de
atracciones, pues ese fin de semana, el hijo pequeño de Esperanza lo pasaba con
ella y claro, o íbamos los tres al parque o yo no podía quedar con ella.
Al llegar a la entrada del
parque, ví a Esperanza y junto a ella, a un niño de unos 10 años. El niño era
una monada, rubito, ojos azules y quieto como una estaca.
“Hola Esperanza”
“Hola Javi”.
“Qué hijo más educado tienes, no
como aquel que está pateando una papelera, parece mentira que haya padres que
dejen a sus hijos solos, y claro, luego pasa lo que pasa, que los niños son
unos borricos, como aquel de allí, que al final destroza la papelera del
parque”.
Según hablaba, una señora cogió
de la mano al niño rubito que estaba junto a Esperanza y lo llevó dentro del
parque.
“Esperanza, al final has venido
sola?”.
“Pues no Javi, no he venido sola,
he venido con mi hijo y es ese que está ahí entreteniéndose con la papelera”.
Me quería morir, acababa de llamar
borrico al hijo de Esperanza, pero cómo iba yo a saber que esa mala bestia era
su hijo???.
“Bueno………..jajajaja, la verdad es que lo chiquillos tienen
que entretenerse con algo”, dije yo.
Esperanza y dirigiendo la mirada hacia su hijo le
llamó…………………”Ángel!!!, ven aquí!!!.”
El niño se llama Ángel????, pues debe ser el ángel caído,
pensé.
Una vez en la fila para sacar las entradas, el “angelito”
mirándome con cara de demonio “espeluchao”, me dijo en voz baja: “Como te hagas
novio de mi madre, te vas a enterar…………”.
Miré al niño con cara de asombro y le dije: “Mira hijo, no
pretendo quitarte a tu madre, solo quiero que lo pasemos bien”.
El niño me respondió: “Yo no soy tu hijo, y te voy a hacer
la vida imposible”.
Mientras Esperanza se volvía de la taquilla con las
entradas, el “nene” empezó a gritar:
“MAMÁ, MAMÁ, ESTE SEÑOR A MIRADO A LA RUBIA DEL CULO
GORDO!!!!!”.
“Pero qué dices Ángel!!!”. Dije yo.
“Que si, que le has mirado el culo y encima les ha dicho que
le dé su teléfono!!!”.
“Pero niño!!!!”.
Esperanza me miró con cara de odio mientras
decía: “PERO CÓMO SE TE OCURRE HACER ESO JAVI??? Y ENCIMA DELANTE DE MI
HIJO??”.
“Esperanza, que yo
no……………….jajaajaja, mujer que yo no……………..”
“Mira Javi, tengamos la fiesta en
paz y DEJA DE MIRAR CULOS!!!”.
Yo no sabía como explicar a
Esperanza, que todo era una invención de su hijo, así que asumí la “regañina” y
decidí seguir adelante.
“Mamá”, dijo el hijo
de……...Esperanza. Vamos a la Montaña Rusa”.
“Si hijo”, dijo ella.
Al llegar a la atracción, vimos que
había una fila con por lo menos media hora de espera.
“Mamá” dijo el niño, “Tendremos que
aguantar esta fila?, el novio que tenías antes, nos colaba siempre, porque tenía
pase VIP. Este novio nuevo tiene pase VIP o es un “agarrao?”.
Esperanza me miró y yo sin más
dilación, me dirigí a la taquilla, para sacar un pase, no VIP, si no super VIP,
para que el “angelito” no tuviera que esperar la fila.
Me costó 200 euros, pero claro, no podía
quedar delante de Esperanza, como un “agarrao”.
Una vez adquirido el pase y puestos
en la fila de los VIP, solo quedaba esperar a que llegasen las vagonetas.
Cuando el “trenecito” se paró, yo
le dije a Esperanza que mi vértigo no me permitiría montar en ese trasto y
claro, ese niño lleno de dulzura dijo: “Mamá quiero que este señor monte
conmigo”.
“Qué???” dije yo.
“Si mamá, y además en el primer
vagón, que mola más”.
“Esperanza” dije yo, “Tengo mucho
vértigo y si monto ahí, no sé que va a pasar”.
Esperanza, mi dulce Esperanza me
dijo: “Mira Javi, es un capricho del niño y claro, si pretendes caerle bien, no
te queda otra que montar con él”.
Yo debo ser gilipollas o tonto o
imbécil, pero el caso es, que accedí”.
La secuencia fue como sigue……
Monto en la vagoneta.
El niño se ríe que se le van a
partir las mandíbulas.
Mi cara se torna blanca como el
mármol de “Carrara”.
El niño se sigue riendo.
Esperanza me mira.
Yo me cago en mi estampa, en la
calavera del niño y en la madre que parió a Paneque.
El niño ve mi semblante (blanco
muerte) y sigue riendo.
La vagoneta empieza a moverse.
Y mi estómago también.
Espero perder el conocimiento, pero
no.
El niño ríe.
Yo me cago en todos sus muertos.
Esperanza me mira.
Empiezo a odiar a Esperanza.
El niño ríe aún más.
Yo me cago en los pantalones
mientras veo la “peazo” de cuesta que hay enfrente.
El niño ríe a carcajadas.
La vagoneta va cuesta arriba, muy
cuesta arriba.
Al llegar a la cima……………………….veo
que hay una cuesta abajo, que debe haber sido planeada por un loco……………….y la
vagoneta empieza a bajar…..
En los primeros cinco metros de la
bajada, siento como si el mundo se fuera a terminar……………….en los cinco posteriores………mi
vómito empieza a planear sobre la gente del “trenecito”, yendo a parar sobre
una señora con peluca……….
El niño está despelotado de la
risa.
Esperanza me mira mal.
Yo además de vomitar sin límite,
empiezo a sentir que la respiración me falta.
Al final de la cuesta, hay una
curva a derechas y el vómito se desparrama hacia la gente que hay mirando la
atracción.
Todo el mundo me mira y con gestos
de odio y asco, me señalan.
El resto del trayecto prefiero no
recordarlo.
Al bajar de la atracción, y casi
sin poder mantener la verticalidad, Esperanza me dice: “No creo que esta sea la
mejor manera de empezar una relación”.
Yo, sin poder contestar, veo que el
niño le da una patada a un bote de Coca Cola, que sin tener una dirección
clara, me pega justo entre las piernas……………….caigo al suelo del dolor y mirando
fijamente al niño le digo: “Mira niño, hoy acabo de descubrir, que el demonio
existe”.
Esperanza muy ofendida, coge de la
mano al niño y dice: “Mira Javi, hemos terminado”.
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