miércoles, 10 de diciembre de 2014

Capítulo 33 - Los geranios de Cata

Hola Javi

Hola Cata

¿Sigues enfadado conmigo…?

Te recuerdo que fuiste tú la que te pusiste como una fiera, así que el enfado es tuyo no mío.

Ah, no me acordaba, vale, pues te perdono, Javi

¿Coooooomo? Bueno…, dejémoslo estar, ¿Qué te cuentas?

Estoy subida a una cornisa, Javi

¿Queeeeeee? ¡pero Cata!

Sí, ya ves, es lo que hay, no tengo nada mejor que hacer.

¡Pero Cata, siempre hay algo mejor que hacer! Voy para allá enseguida.

(Javi sale despendolado hacia casa de Cata, llama a la puerta y no contesta nadie, alarmado la llama por teléfono)

Hola Javi ¿por qué me has colgado el teléfono?

A ver, Cata, ¡estoy en la puerta de tu casa, abre por favor y no cometas una locura, mujer!

¿Locura yo? Javi ¿qué te pasa?

Cata abre la puerta y Javi se la encuentra con un mandil de lunares, unas botas katiuscas verde puñeta, un moño en el pelo hecho con mala leche y unos guantes de goma que la llegan hasta los codos.

¡Caaata! ¿qué estás haciendo?

¿Yo? Podando y arreglando las plantas que están en la cornisa de la terraza de mi casa ¿hay algún problema  Javi? NO SOY ALÉRGICA A LAS PLANTAS Y EN ESTA ÉPOCA NO HAY MOSQUITOS NI AVISPAS QUE PUEDAN PICARME, ¿QUÉ NARICES TE OCURRE JAVIIIIII?

Bueno Cata, yooooo, es que túuuuuu, no sé ni qué decir, creía que te ibas a tirar por la ventana.

¡Ahhhh ya entiendo, por la cornisa, ja,ja,ja, me parto, me troncho y me mondo, ayyyy Javi!

¡Mira Cata, a mí no me hace gracia, tus jueguecitos! Aunque sinceramente, me alegro de haberme equivocado.

¿Venías a salvarme Javi? Ayyyyyy ¡qué romántico! ¿quieres casarte conmigo….?

Javi se puso verde, luego azul, luego rojo y después amarillo, no tenía palabras, así que sólo pudo darse media vuelta y marcharse.

Cuando estaba saliendo por el portal, oyó la llamada de Cata:

"¡Javiiiiii, que se me ha olvidado enseñarte el geranio tan bonito y tan grande  que tengo, miraaaaaa!"

De repente absolutamente todo el mundo que paseaba por la calle se quedó mirando a Javi y también a Cata, como en las películas.

De repente Cata perdió en equilibrio y al agarrarse a la barandilla, dejó caer la maceta con los geranios que tenía en la mano, con tan mala suerte que fue a parar sobre la cara de Javi que miraba para arriba intentando contestar a su amiga.


Afortunadamente era un primer piso. El resultado fue, Javi con un pómulo, hinchado y morado y la boca llena de plantas y Cata llorando a su lado, pero de risa……

No hay comentarios:

Publicar un comentario