jueves, 28 de mayo de 2015

Capítulo 74 - El Whatsapp del bodorrio


Después del fin de semana tan ajetreado, entre la pre boda, la boda  y la post boda, de la que no te he contado nada porque la pasé tirada en el sofá con dolor de estómago, de pies, de caderas y hasta de pestañas, por fin volví a mi casa el domingo después de comer.

Sólo quería tumbarme y descansar, pues seguía con los efectos del evento, pero cuando ya estaba en el sillón, en posición horizontal, dispuesta a no hacer absolutamente nada, de repente sonó un mensaje en mi móvil.

Yo, creyendo que era Alberto, me levanté sobresaltada y después de tirar el jarrón, tropezarme con la alfombra, clavarme el pico de la mesa en la rodilla y casi dejarme los dientes contra la vitrina del mueble, llegué a la mesa donde se encontraba mi teléfono y lo cogí emocionada, y cuál fue mi sorpresa:

NUEVO GRUPO-COTILLEOS DE MI BODA

ADMINISTRADORA-LAURA, LAURITA PARA LAS AMIGAS, JE,JE.

LAURITA: Hola chicas ¿cotilleamos cosas del día de mi boda? Me hace ilu, je,je,je.

HARPÍA 1 (MERCHE): ¡Holaaaaa churri, ayyyyy siiiiii porfa!

HARPÍA 2(SUSI): ¡Tenemos telepatillas, ja,ja,ja, te lo juro!

CUÑADA CONEJA 1 (LOLA): ¡Holaaaaa! Espera, me pillas en el baño haciendo pipi, je,je.

CUÑADA CONEJA 2 (ANA): ¡Uy qué guarrona Lola! ¿te llevas el móvil al retrete? Ja,ja,ja, ¡me parto y me mondo!

CUÑADA CONEJA 3 (PILI): ¡Pues anda que tú que lo sacas de extranjis hasta en misa, para hablar con las de pilates, ja,ja,ja!

YO: Vamos a ver, ¿tú no estás de viaje de novios, Laura….? ¿No os ibais a Punta Cana?

LAURITA: ¡Uy sí, pero Ismael se ha quemado en la playa y le duele todo, así que se ha echado la siesta a ver si se le pasa! Yo me he venido a la pisci con un mojito, je,je.

CUÑADA CONEJA 2 (ANA): ¿Ya le estás poniendo los cuernos a mi cuñado golfilla…?

HARPÍA 1 Y HARPÍA 2 (A LA VEZ): JA,JA,JA me parto….

CUÑADA CONEJA 3 (PILI): ¡Tonta, el mojito es una bebida caribeña! Yo lo tomé cuando estuve en El Caribe con mi Toni, tú como te empeñaste en ir de viaje de novios a Badajoz a ver a tu prima, sólo comiste morcilla de piñones, ja,ja,ja.

HARPÍA 1 Y HARPÍA 2 (A LA VEZ): JA,JA,JA me parto….

CUÑADA CONEJA 2 (ANA): Por lo menos a mí no me desapareció el marido en la playa durante dos días…., te lo trajo una cubana al hotel ¿no? Que decía ser una enfermera que le había atendido porque le había dado un mareo, si hubieras visto la foto en la moto de agua….ja,ja,ja.

HARPÍA 1 Y HARPÍA 2 (A LA VEZ): JA,JA,JA me parto y me mondo

(por fin, cambiaron el repertorio…)

CUÑADA CONEJA 1 (LOLA): Uy chicas, para viaje de novios bonito, el mío, en Venecia, ¡qué romántico en la góndola! ¡Qué recuerdos! La prueba está en que fui la primera en quedarme embarazada, tanta pasión, pues claro, je,je ;)).

CUÑADA CONEJA 2 (ANA): ¡Cómo no te vas a quedar embarazada, si no salisteis del Hotel, que fuisteis en pleno mes de agosto y el canal de Venecia olía que apestaba, a quién se le ocurre! Ni góndola ni leches, que no trajisteis ni una foto, sólo postales compradas en el aeropuerto, ja,ja,ja.

HARPÍA 1 Y HARPÍA 2 (A LA VEZ): ¡Ay que no puedo, qué divertido y chupi guaysssss, me meo toaaaaa!
(¿Cómo es posible que dijeran lo mismo? Estas están juntas)

YO: Una pregunta para Merche y Susi ¿estáis juntas?

HARPÍA 1 Y HARPÍA 2 (A LA VEZ):  ¡Siiiiii! Juasssssssss

CUÑADA CONEJA 1 (LOLA): Yo tengo otra pregunta para las dos ¿lo habéis catado alguna vez? Me refiero a si habéis pillado alguna salchicha, que no sea la de los perritos calientes del bar de Manolo, ya sabéis un quiqui, je,je…

HARPIA 1 Y HARPIA 2 SE VAN DEL GRUPO

YO: Bueno Laurita, ¿qué te cuentas? ¿Cómo va esa luna de miel? Ya que nos has jorobado la siesta, a mí por lo menos, pues hablemos de la boda y de vosotros ¿nooooo?

CUÑADA CONEJA 1 (LOLA): Os dejo chicas, los dos pequeños llorando, y el mayor tirando las cáscaras del plátano por la ventana. Chaooooo

CUÑADA CONEJA 2 (ANA): Yo también, Luisito y Marina se han hecho popo y Carlitos está intentando limpiarles con papel higiénico, veo lo que queda del rollo por todo el pasillo y está marrón. Hasta pronto

CUÑADA CONEJA 3 (PILI): Yo ya empiezo con los gases, como todas las tardes, así que me meto en el baño a desahogar, que si no Pepe y los niños me echan de casa. Chaito guapassss.

LAURITA: uy, ay, ohhhhh, ¡tonto, ahí nooooooj! Ja,ja,ja. ¡Os dejo chicas, Isma se ha despertado bravote! Besosssss.


YO: ¡Vaya tela! (ELIMINAR Y SALIR DEL GRUPO).

Capítulo 73 - Elecciones Municipales


En las anteriores votaciones para las alcaldías, yo me encontraba ya sin pareja y al levantarme aquella mañana pensé: “Vas a votar?”.

“Pues no sé”, me dije a mi mismo, “Pero es que ir hasta el colegio electoral cuesta un poco”.

A lo que mi cerebro respondió: “Ve a  votar, que además de cumplir con tu deber de ciudadano, lo mismo conoces a alguna chica mientra votas”.

La verdad es que debería hacer caso más a menudo a mi cerebro, o no, no se.

El caso es que me levanté de la cama, me vestí con mis mejores galas, me perfumé y después me di cuenta…………………de que no me había duchado!!!!.

“Bueno no importa”, pensé,  “con tanta colonia, lo mismo no se nota”.

Pero me remordía la conciencia y no tuve más remedio que desvestirme, lavarme los sobacos y ponerme más colonia.

Una vez me hube vestido de nuevo, bajé a la calle para dirigirme hacia mi colegio electoral, que estaba justo según salía del portal de casa.

Según me acercaba al tablón de las listas para ver qué mesa me correspondía, imaginé que allí podría encontrar a la mujer de mi vida.

Cómo sería…………..?

“Lo mismo es la presidenta de mi mesa y es rubia natural o morena natural o pelirroja natural o simplemente natural, y según llego me mira con unos ojillos así como que pestañean por verme llegar y cuando llego me dice con una voz dulce que le deje mi DNI, seguro que para ver dónde vivo y lo mismo al decir mi nombre se escapa de sus labios una sonrisilla de complicidad y lo mismo, me guiña un ojo y después vuelve a sonreir y me pide una cita……………………..”

“Pero por qué no habré venido antes a votar??.”

“Aunque oye!!!!, espera!!!!, que tal vez encuentre a alguna chica antes de llegar a la mesa de votar……………espera que miro…………….pues hay un montón de mujeres por aquí, así que antes de votar, por qué no entablo conversación con alguna de ellas???.”

Me acerqué a un morena de media melena y le dije: “Hola, se nota que vas a votar eh???”.

A lo que ella contestó: “No, que va, estoy aquí porque me apetece pasear por los pasillos de un colegio el domingo por la mañana”.

No supe muy bien si aquella frase era para comenzar una conversación o para terminarla directamente, así que, para no quedarme con la duda, le dije: “Y a quién vas a votar??”.

“Mira chaval”, dijo ella, “el voto es secreto, y  tu eres imbécil hasta decir basta”.

Si, la respuesta era para terminar la conversación.

Me acerqué a una rubia (de bote creo), porque tenía las cejas más negras que yo los pies después de subir un monte.

“Hola”.

“Hola”, dijo ella.

“Vas a votar eh?. A cumplir como ciudadana”.

“Pues no, yo ya he votado y estoy aquí para que nadie estropee este día”.

“Caramba, eso si que es bueno. Es que eres Mary Poppins??”. “JAJAJAJA”.

“Pues no, soy Policía Nacional y como no te vayas, voy a sacar a pasear la porra”.

“Bueno hija, cómo te pones, perdona, que no me fije que ibas todo de azul y con una gorra que pone CNP, que yo pensé que eran las siglas de algún partido como Confederación Nacional de Palencia……………”

No pude decir nada más, pues la porra me cayó de golpe en la cáscara del cerebro.

Una vez recuperado el sentido y viendo que al fondo había una pelirroja, dirigí mis pasos hacía ella y acercándome a su espalda le dije: “Hola guapa, que tal has votado?”.

“A lo que y no sin sorpresa por mi parte, respondió según se giraba: “Mira colega, como no des tres pasos hacia atrás, te voy a meter un puñetazo en –toa- la cara”.

Jejejeje, era un tío, pero claro, cómo iba yo a saber eso, con el pelazo que tenía?.

“Da igual”, pensé, "Seguro que al final será la presidenta de mi mesa la mujer de mi vida".

Llevé mis pasos hacia la mesa 3-C. Con el DNI en la mano, esperé mi turno en la fila sin poder atisbar a las personas que estaban en la mesa, y al llegar a ella pude comprobar, que había un señor con bigote, que ni sonreía, ni me hacía ojitos, ni me pedía cita alguna, así que cogí mi sobre de la votación y lo deposité de mala gana en la urna.

El tío del bigote y al ver aquello dijo: ¡¡¡Espere hombre!!!, que primero hay que comprobar su identidad!!!!!.

De la mala leche que me puso aquel comentario, le tiré lo que tenía en la mano a la cara, abrí la urna de los votos y saqué mi voto…………………….el tío del bigote gritando dijo: “PERO QUÉ HACE INSENSATO, QUE LO MISMO HA SACADO EL VOTO DE OTRO!!!!!!”.

“Que no”, dije yo, “Que el que yo metí era de color sepia, listillo!!!!”.

A esto que viene la de la porra y al ver el alboroto y preguntar al tío del bigote, me da otro porrazo (y ya van dos).

Yo que no perdí el conocimiento del golpe, salí corriendo y gritando……………”AHÍ OS QUEDÁIS…………JAJAJAJAJA……………..QUE NO SABÉIS NI QUIÉN SOY…………………JAJAJAJA".


Pensé que había escapado, subí a casa, y a los dos minutos sonó el timbre de la puerta………………allí estaba la del logo de CNP, con mi DNI y blandiendo la porra……………

miércoles, 20 de mayo de 2015

Capítulo 72 - La boda, segunda parte, "El Banquete"

Y tras el pequeño incidente sin importancia en la Iglesia, una vez casada  y bendecida la parejita, pasamos al motivo por el que casi todo el mundo va a las bodas, el banquete y la juerga.

Por supuesto la comida fue en el mejor restaurante del pueblo, un asador llamado “El gran rabo de toro” en honor a quien fue su primer propietario, ya que el hombre iba siempre alardeando de eso mismo…., aunque ninguna de sus amantes - que tuvo varias- pudo confirmarlo: todas acababan marchándose del pueblo!!!. El las traía cuando volvía de sus viajes y ellas se iban solitas al poco tiempo… y si no fuera porque la Conchi, - la más cotilla del pueblo - reconocía haberlas visto coger el autobús de madrugada, todos hubiéramos pensado que se las cargaba y las enterraba por ahí.

Pues lo dicho, llegamos allí y ya estaban todas las mesas preparadas y con sus carteles colocados para que cada uno supiéramos dónde teníamos que sentarnos.

La verdad es que se habían  complicado mucho la vida, porque en vez de poner una lista con el número de mesa y quién iba en cada una, mi querida amiga piña colada y su ya esposo Ismael pepinillo, se habían dedicado a poner unos grandes carteles en las mesas con los nombres de los invitados, con lo cual casi no cabían los platos ni los cubiertos, pero sí quedaba bastante claro donde se sentaría cada uno!!.

Al principio fue un poco lío y trasiego, cruzándonos unos con otros por los pasillos entre las mesas, buscando nuestro cartel y algunos se llegaron a sentar dos en una silla o discutir por su puesto, por aquello de que había dos o tres “Joses” y no se les había puesto el apellido - ni el mote -, pero al final, se aclararon las cosas.

Yo no estaba muy conforme con mi compañía.

Me habían puesto con los hermanos de Ismael y las cuñadas embarazadas, con lo que me olía que el tema de conversación  no iba a ser otro que el de biberones, pañales,colegios y guarderías por un lado y fútbol, las tierras del tío Pedro o las jugadas de mus del miércoles, por otro.

Además, me temía que en la primera parte del banquete que era picoteo a compartir, no iba a probar ni bocado, ellos comían como auténticos animales y ellas comían cada una por dos, con lo cual…., mal asunto.

Por fortuna, a mi ex novio Alberto, aunque sí estaba en el banquete, le habían puesto en una mesa, en la otra punta del restaurante, supongo que después de la movidita de la iglesia debieron temer que volaran platos de comida por el restaurante, como el Isma me conoce un poco, por seguridad, alejaron a mi querido Alberto de mí.

Al contrario de lo que yo había augurado, la comida se desarrolló muy entretenida.

Me puse morada a picoteo… y es que las conejas y los hermanos de Ismael se dedicaron a intercambiar información sobre las posturas preferidas para hacer el amor - aunque ellos no lo llamaban así, tan finamente -…Fue una conversación muy didáctica, ya que me enteré de posiciones que ni conocía ni imaginaba que podían existir. Por lo visto, las más adecuadas para dejar a la moza embarazada; así que me vino bien conocerlas, para no ponerlas en práctica… de momento.

Como estaban muy emocionados hablando todos a la vez, a ver quién era el más macho, ellos no comían, sólo brindaban y bebían vino; y a ellas todo les daba asco o lo tenían prohibido por el ginecólogo, así que a mí me vino de perlas para probar los suculentos aperitivos.

Comimos, bebimos, reímos, tomamos café, copa, puro los hombres, cigarrito las mujeres y llegó la deseada hora del baile, allí mismo también.

En cuestión de 20 minutos, unos chicos muy corpulentos y rápidos - yo creo que eran del cuerpo de bomberos del pueblo de al lado - despejaron aquello y dejaron una pista enorme de baile, mientras que los invitados aprovechábamos  para ir al cuarto de baño y demás.

Por cierto, lo del baño fue una odisea.

Entre los niños, las embarazadas, las abuelas que se les iba escapando el pipí por el pasillo y algunas hasta el popó y yo que me quedé encerrada en el baño con el picaporte de la puerta en la mano, allí hubo sus más y sus menos y  algunas, con las prisas, empezaron a invadir también el baño de los hombres, con lo que aquello parecía Sodoma y Gomorra.

Claro, así pasó, que algunas mujeres, como las harpías amigas de la novia, salieron asustaditas del baño, pues no debían haber visto todavía miembro varón alguno y allí había algunos con gran miembro - según comentaban sus queridas esposas -

Pues nada, una vez comidos y……, empezó el baile.

En vez de orquesta, pusieron una mesa de mezclas para que pinchara Robertito, el mayor de los sobrinos de Ismael que tiene ya 16 años. El chaval tiene dotes de dj y le hacía ilusión poner la música. Lo malo es que aunque empezó con el tradicional vals que todos los novios bailan en las bodas, se vino arriba con la mezcla y de repente empezó a sonar una música House de los más marchoso que hizo que la melones y el pepinillo se vinieran igualmente arriba y empezaran a pegar brincos como locos: ¡parecían gorilas en la Selva!.

La novia se subió el vestido casi hasta las axilas y nos endiñó a todos los que estábamos detrás con la enorme cola del traje con tal ímpetu que la abuela Justina, como era tan pequeñita, quedó arrasada por la tela y luego tuvimos que buscarla debajo.

Ante tal movida y como allí todo el mundo estaba ya de aquella manera, todos salieron a imitar a la pareja con el mismo baile.

Vamos que ni en Pachá había tanta marcha como en aquella boda: el padre de Ismael llegó a tirarse al suelo y girar sobre su cuerpo como haciendo break dance; la madre,  con la marca de la gran pamela en la cabeza que parecía que la había chupado el pelo una vaca, saltaba por encima de su marido como si quisiera volver a conquistarle…

Los hermanos de Ismael, como iban de sobraos, se pusieron en fila delante de las mujeres haciendo el movimiento de John Travolta. Aunque Perico, el mayor llegó un momento que con tanto movimiento de cadera, se quedó pillado y pensamos que se le había salido la prótesis, el pobre muchacho tiene tantas lesiones y operaciones que se mueve como un Play Movil.

Y Rober mi amor de la infancia, ¡cómo bailaba! Parecía que se iba a descoyuntar, yo llegué a temer por su vida, le veía tan frágil y delgadillo que con tanto movimiento, parecía que se desmontaba.

En un acto de valentía el muchacho intentó coger por los aires a una de las harpías con tan mala suerte que no calculó bien y acabo con el tacón del zapato de la chica metido en la boca, ¡qué momento!

Ella emocionada quería más, y se le colgaba del cuello, pero el pobre Rober entre el zapatazo que se había llevado, el gran esfuerzo del baile y el olor pestilente a sudor de las axilas de la harpía, que como ya te conté anteriormente iban decoradas con melena, daba pena ver los lagrimones que le caían.

Ante tanto barullo, de repente paró la música para dar paso a una balada de lo más romántico, entonces las parejas empezaron a bailar agarradas.

Alberto apareció me sonrió me cogió de la mano y me invitó a bailar, diciéndome las siguientes palabras:

“¿Me perdonas? Prometo respetar tu forma de ser y no burlarme más de tus patosadas ni desaparecer”.

Yo me sentí enternecida por las palabras de aquel galán, que además, estaba muy guapo con su traje; y acepté su invitación.

Según le abracé, él me cogió de la cintura, nos miramos y justo en el momento en que el gran beso de reconciliación se acercaba, me enganché con el cable de los altavoces y me resbalé de arriba abajo por todo el cuerpo de Alberto hasta quedarme de rodillas en el suelo, de manera que si llego a tener la lengua fuera, le lavo el traje y no sé qué más….

Alberto me cogió de las manos y me volví a incorporar, entonces, me besó y me dijo:

“Eres incorregible, Cata, pero te quiero”.

Todos aplaudieron y hasta la abuela Justina que se había quedado dormida, de repente despertó y gritó:


“¡VIVA LOS NOVIOS!”

Capítulo 71 - Balanca


Antes de conocer a Eva tuve una novia llamada Eva María.

Eva María tenía una hija a la que siempre llamaba Balanca, si, no me equivoqué al escribir, la llamaba Balanca.

Era una niña muy lista para tener 16 años; tu le preguntabas cuanto sumaban dos y dos y la niña cogía su calculadora y……………..

Pues bien, Eva María era una mujer estupenda, muy alegre y divertida, pasé con ella momentos muy agradables y nos divertíamos mucho juntos.

Un día Eva María me dijo que por qué no llevábamos a Balanca al cine, pues ponían una película que gustaba particularmente a la niña. Harry Potter y no sé que más.

Obviamente a mi me gustó la idea, pues si Eva María era tan agradable, su hija debía ser parecida a ella.

Llegamos al cine y después de sacar las entradas, nos fuimos a la tienda para comprar las palomitas de rigor.

Yo le dije a Balanca: “Coge lo que te guste” y la chiquilla lo hizo…………

Al llegar a la caja para pagar las “chuches”, le pregunté al cajero si allí mismo se podían financiar las compras de ese establecimiento.

El cajero me miró con cara de sorpresa y cuando fue a preguntarme el por qué, vio lo que llevaba Balanca para comer mientras veía la película:

3 kilos de palomitas (normales).
2 kilos de palomitas (dulces).
1 kilo de M&M
Cuarto y mitad de regaliz rojo.
Medo kilo de regaliz negro.
500 gramos de gominolas de ositos.
Una bolsa de kilo de caramelos variados.
Una palmera de chocolate y dos sin chocolate.
Un suizo relleno de jamón serrano y untado en mantequilla.
Dos camisetas del susodicho Harry Potter, rellenas de fresas y nata.

Unas sandalias de Harry Potter con escerificación de mermelada de fresa.

Un Mac Flurry de Oreos sin sirope y amasado.

Dos hamburguesas dobles de queso.

Y una ensalada para tirar (bueno esto era para Eva María).

Media hora más tarde y después que pusieran a otro cajero, estábamos los tres sentados en nuestras butacas, con el pasillo lleno de cosas y esperando a que empezase la película.

Eva María y su hija conversaban animadamente antes que apagaran las luces de la sala, también cuando se apagaron las luces y cuando empezó la película, y en medio de la película, y cuando nos echaron a la calle por hablar durante la película y por dejar enterrado en envoltorios al calvo que teníamos delante……………..

La verdad es que nadie se quejó porque hablasen por Whatsapp mientras se proyectaba la película y eso que las pantallas de sus teléfonos iluminaban la sala como si fueran focos de discoteca, yo de hecho opté por ponerme gafas de sol, más que nada para que no se me derritiesen las retinas.

Una vez en la calle, intenté explicar a Balanca, que en el cine no se pueden hacer ese tipo de cosas, y obviamente con palabras cercanas a su edad:

“A verrrrrrrrrrrrrr Balanca, no se puede hablar en el cine”.

A lo que ella contestó: “Eh?”.

“A verrrrrrrrrrrrrr bonita”.

“Eh?”

“Que en el cine solo se ve la película”.

“Eh?”

Después de media hora desistí, la niña me miró con ojos dulces y me dijo: “Pregúntame cuantas son dos y dos, que he traído la calculadora!!!!!!”.

En otra ocasión y yo que soy mucho de dar segundas oportunidades, Eva María me dijo que si llevábamos a su hija a un concierto de un grupo musical juvenil llamado DPicios.

Yo pensé que en un evento como ese, daba igual si la niña no paraba de hablar, pues la música atenuaría su voz y no molestaría a nadie.

Tuvimos que desplazarnos a otra ciudad y una vez allí, pude descubrir que había trescientas Balancas super fans de aquel grupo, que muy emocionadas por el evento, no dejaban de cantar las canciones, que más tarden oirían.

El tiempo de espera fue largo y me daba un poco de pena la niña, pues además hacía frío, así que le dije: “Balanca, quieres que vayamos al coche a por una chaqueta?”

A lo que ella contestó: “Eh?”

Ya empezamos pensé.

“Tienes hambre?”.

“Eh?.

“Has traído la calculadora?”.

“SI!!!!”

“Pues hala multiplica 13714701874018974187 por 18237102837018371”

Así por lo menos se le haría corta la espera.

Medía hora después abrieron las puertas del recinto y empezamos a caminar hacía la entrada. Cuando llegamos a esa entrada, Balanca dijo: “Al final no me da tiempo a terminar la multiplicación!!!!!”.

A lo que yo solo puede decir: “Eh?”

El concierto fue espantoso, las trescientas Balancas no paraban de moverse, de gritar y de hacer los coros al grupo y encima me tocó al lado de uno de los altavoces, así que tuve las canciones rondándome los oídos durante tres días seguidos.

A partir de aquel día y cuando Eva María me preguntaba si podía llevar a la niña con nosotros, siempre le decía que no podía salir, porque tenía gripe o malaria o beri beri.

Por cierto, tiempo después de acabar mi relación con Eva María, supe que mi antigua novia tenía un problema al pronunciar la B y la L juntas y que la niña realmente se llamaba Blanca.

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Capítulo dedicado a una niña super inteligente  llamada Blanca y que es un encanto.

“Eh?”

viernes, 15 de mayo de 2015

Capítulo 70 - La boda, Primera parte....

La boda era a las 5 de la tarde, pero con la movida que se había montado a mi llegada al pueblo, ni se me ocurrió acercarme a la puerta de la iglesia antes de que entraran los invitados y novios, pues me temía que se podía liar parda y como había cogido cariño a Piña Colada, no quería fastidiarle su día, aunque al pepinillo de Ismael no me hubiera importado sacarle los colores, pero esta vez me controlé, así que me escondí detrás de un edificio frente a la iglesia a esperar a que entraran todos.

Desde mi escondite podía controlar tranquilamente a todo el que llegara y hacerle el chequeo de arriba abajo, casi que esta era la parte que más me divertía de la boda. Ya se podía divisar a algunos de los invitados.

Laurita es hija única así que su familia es bastante reducida, tan sólo sus padres, sus tías las solteronas y su primo Lorenzo, que nunca se ha llegado a saber de cuál de las dos tías es hijo, porque aquello era como un tabú, el caso es que viven los tres juntos y se había llegado a comentar en el pueblo que no era su hijo, sino el churri de alguna de ellas o de las dos, pero como son muy puritanas y cristianas no pueden dar muestra de su gran pecado. El muchacho es como 20 años más joven que ellas y está bastante bien, nada que ver con las dos cacatúas  ni con nadie del pueblo y como nunca han salido de allí, yo particularmente dudo de su parentesco. El caso es que ellas son muy ricas, y al muchacho le tienen como a un marqués...

La familia de Ismael ocupaba gran parte de los invitados. Pues tiene tres hermanos, con sus respectivas conejas y las crías y digo esto, porque tienen cuatro hijos cada pareja y ellas están otra vez embarazadas y digo ellas porque lo están las tres, por lo visto las puede la envidia y en el momento en que una se queda, las otras dos hacen lo imposible por imitarla, digo yo que como sigan con la competición van a sobre poblar no sólo el pueblo, sino toda la región.

También pude ver a las dos harpías, Pili y Mili, como yo las llamo. Llevaban un vestido blanco de volantes cada una, “palabra de olor” porque no se habían dignado a depilarse las axilas y con el calor que se esperaba aquel día y la mata de pelo iban a cantar por soleares, de hecho hubo sus más y sus menos a la hora del baile, pero eso es algo que te contaré más tarde.

De los demás invitados, amigos pocos, los dos de Ismael de toda la vida, Sebas, el del banco, le llaman así porque es donde dice que trabaja, pero el hecho es que siempre le ven sentado en un banco pero de los del parque y Rober mi ex novio de cuando era pequeña, ¡ay Rober, qué impresión me dio verle! ¡y cuánto me costó verle! Ahora entiendo cuando me dijo mi prima que los cuerpos cambian, la corpulencia y belleza de Rober se había transformado en el cuerpo de un muñeco hinchable, pinchado y flojo con cara de llorón, así es como estaba el pobre Rober, bueno, así es como le había dejado la ex mujer, nunca pensé que se hubiera podido casar con “Loli la mole” así la llamábamos en el colegio porque parecía un luchador de Sumo y debió de luchar contra Rober, porque el pobre se había quedado muy poco lucido, es como si le hubieran reducido a la mínima potencia.

Por fin llegaron los novios con los padrinos, el papá de Laurita, que parecía Harrison Ford, pero sólo por el traje y la mamá de Ismael, que se había puesto una pamela tan grande en esa cabeza tan pequeña que la pobre mujer no veía más allá de sus narices e iba dando tropezones como el Chiquito de la Calzada.

Los novios guapísimos, bueno ella, muy exagerada, como siempre, con el vestido a punto de estallar y una cola que no sé yo lo que iba a tardar en entrar a la iglesia, él como siempre, del montoncillo y de la cola, no hablamos, ya se explicó en su día…

Una vez todos dentro, yo ya podía acercarme y entrar para asistir al esperado acontecimiento. Así que crucé toda digna hacia la iglesia y justo cuando estaba entrando por un lateral para no llamar mucho la atención, de repente escuché por detrás de mí “¡Cata, mi amor!” entonces me di la vuelta, junto con todos los asistentes a la ceremonia, incluidos los novios, tipo película de “agárrate como puedas” y entonces le vi, ahí estaba, ¡Alberto! Mi ex novio, le habían invitado a la boda, ¡qué traición más grande, qué contratiempo más enorme y qué tropezón me pegué de la impresión! Y como no, mis tropezones siempre son sonados, ya que fui directamente de cara a la pila del agua santa para santiguarse y no metí la cabeza entera porque Alberto me agarró por la cintura.

Todos reían a carcajadas, hasta el cura hizo el gracioso comentario de turno “Si hay que casar también a la parejita del fondo, sin problemas, ya que estamos y que la señorita se ha bebido todo el agua santa…., je,je”.

Yo no sabía dónde meterme, Alberto me ofreció su pañuelo para limpiarme la cara pues la tenía como las muñecas Monster con toda la pintura corrida. Cuando ya me había limpiado totalmente, incluidos los ojos, con el pañuelito, Alberto empezó a sonrojarse y de repente me soltó, así sin preámbulos ni pudor:

 “Uy perdón, que te he dado el pañuelo que utilizo para sonarme de la alergia y se te ha quedado un marcianito en tu linda cara, je,je”

“¡Albertooooo! Le contesté ¿Marcianito te refieres a lo que vulgarmente se llama MOCO? ¿Quieres decir que tengo pegado uno de los tuyos en mi caraaaaaa?”

“Bueno mujer, las parejas comparten sus cosas, je,je, en fin…” me contestó con toda su cara “

¿Yo tu pareja, Alberto? ¿Y dónde has estado este último mes? Ingresado con una congestión o es que te has ido de convivencias con tus sobrinos? ¡Mira chato, miraaaa!”

Aquello parecía un partido de tenis, los invitados, el cura y los novios, miraban perplejos de un lado a otro, mis continuos ataques a Alberto y sus injustificadas defensas y excusas.

Finalmente, el cura se puso en su sitio y nos invitó a seguir discutiendo fuera de la Casa de Dios, a lo cual yo me negué, pues no era culpable de que un intruso apareciera en la boda de mi amiga la frutera de los melones y mi ex novio el pepinillo.

Así que Alberto pidió disculpas y cabizbajo salió de la iglesia.

Yo muy digna, con mi pelo a lo Donna Summer, pues después del incidente con el agua, no quedó nada del alisado japonés, mi cara como la de la muñeca chochona y el moco de Alberto aún pegado en ella, me senté en un banco de la iglesia y dije:

 “Prosigamos con la ceremonia Padre Agustín”


CONTINUARÁ…….

jueves, 14 de mayo de 2015

Capítulo 69 - Brigitte


Cómo definir a Brigitte.

Francesa, rubia de bote, viscosa, blandita y gorda como un elefante gordo.

Con catorce años fue Miss Gorda Marsella.

La conocí gracias a un amigo, que imagino debería odiarme mucho, pues esa mujer y además de ser muy desagradable, eruptaba y sudaba como un cerdo en el mes de Agosto.

Claro, eso lo supe en mi primera (y última) cita con ella.
                         
MI amigo me concertó una cita a ciegas con Brigitte, la cual yo acepté.

Cuando ví a Brigitte, me pareció una chica risueña y afable, pero nada más lejos de la realidad.

Cuando llegué a su casa, me invitó a entrar en ella, en la casa digo, y yo, y como siempre por agradar, le dije que me gustaban aquellas cortinas que adornaban el ventanal, a lo que ella contestó, que se le había olvidado quitar las bragas de la ventana.

Brigitte debía pesar por aquel entonces unos 500 kilos, más o menos.

Cuando se quitó el sujetador, me di cuenta que se podría hacer un pote gallego en una de sus cazuelas y en el otro un cordero asado.

La verdad es que tenía unos ojos preciosos, pero que quedaban embutidos entre sus embutidos párpados.

La definición de sobrepeso en aquella muchacha quedaba 200 kilos alejada de ella.

Bueno, imagino que sería chica, porque aquella mole no dejaba discernir nada y yo me sentí como los sexadores koreanos de pollos, pues a saber cómo se podría saber si aquello era pollo o…….gallina.

Cuando le pregunté qué dieta llevaba, me dijo que solo comía longaniza, mortadela y chorizo de Pamplona, pero eso si, todo Light.

Le pregunté que si también se comía el Light y me contestó que no, que el Light lo dejaba envuelto en papel de estraza.

Después vi una nota en su nevera que decía: -Comer papel de estraza solo los miércoles-

Al sentarme en el sofá, y entre los cojines, pude descubrir la alacena de la abuela, pues estaba llena de todo tipo de golosinas y dulces.

El colchón en vez de en viscolástica, estaba hecho a base de morcón, morcillas de Burgos y de salchichón ibérico.

Me dijo que solo comía pan de hogaza y que con la miga se hacía sopas.

Me dijo que solo comía tres veces……………….. cada hora.

Me dijo que estaba así porque retenía líquidos. Le pregunté que si se había bebido un océano.

Me dijo que yo estaba para comerme y yo le dije que como se acercase la íbamos a tener.

Me dijo que yo no tenía sentido del humor.

Le dije que no se acercara demasiado.

Se puso a llorar y me echó a la calle.

Yo me sentí feliz y liberado.

Ella se puso un bocadillo de lacón con grelos y explotó, pero no de alegría.

martes, 5 de mayo de 2015

Capítulo 68 - La pre... boda

Hola Javi, después de la accidentada despedida de soltera de Laurita piña colada, resulta que la muchacha debe ser masoquista, porque me invitó a la boda así que aquí te cuento todos los pormenores, del antes y el durante….

Como la boda era el sábado me fui el viernes para aprovechar el fin de semana en el pueblo y ver a mi familia. Estaban todos revolucionados, las dos cotillas, las amigas de la Melones, se habían encargado de contar hasta en el Cuartelillo de la Guardia Civil que Laurita se casaba con Ismael, que era mi ex novio y que yo iba a la boda para demostrar que no me importaba, pero que en el fondo estaba destrozada. Así paso, que cuando llegué el viernes, como en mi pueblo son tan exagerados, me estaban esperando con carteles y hasta camisetas “ÁNIMO” “TE APOYAMOS” “VALES MÁS QUE ELLA” hubo uno que ya me pareció un poco salido de tono, pero en cierto modo, como que me hizo esbozar una gran sonrisa: “NO TE PREOCUPES, TODOS SABEMOS QUE ISMA LA TIENE PEQUEÑA”, ahí se pasaron, la verdad, je,je.

Bueno, el caso es que cuando llegué a casa de mi familia, mi madre estaba en la ventana llorando desconsoladamente sin prestar atención a nada más hasta el punto de que no se había dado cuenta que mi padre estaba encerrado en el baño, con el agravante de que había entrado antes mi hermano Joselito, del que todos conocíamos el rastro que dejaba y no precisamente de Hugo Boss ni de Armani. El caso es que el pobre hombre gritaba y pateaba la puerta y nadie le hacía caso:

“¡Mamá por Dios que a papi le va a dar algo, cómo no le abres la puerta!”

“¡Ay que disgusto, hija mía!”

“Buenooooo, ¿ya te han contado las dos harpías? Mentira, yo paso de Isma y voy a la boda porque ya que me han invitado…, además le he cogido cariño a la de los melones, que es buena muchacha”

“Uy, si no lloro por eso, el Isma no era para ti, nunca me gustó y no tiene un culo como es debido y eso es importante”.

“¡Por Dios mama, contrólate!”(Mi madre está un poco despendolada desde que ha llegado el brasileño al pueblo y les da clase de samba y zumba a las marujillas, las tiene a todas embobadas)

“¡Hija es que María de la Luz y Antonio Javier lo han dejado y Luisa María se ha quedado con el bebé!”

Entonces comprendí que el gran drama de mi mamá era por la telenovela que ve en un canal por ahí perdido del Plus, todos los días a las 4 de la tarde. A mí padre le ha venido muy bien, pues así él se duerme la siesta y no le suelta el rollo ni le pone a hacer cosas.

Por fin, entre Joselito y yo sacamos a mi padre del baño, pues mami seguía con su rollo y haciendo caso omiso, se fue a casa de la vecina a contarle el horrible desenlace de su telenovela favorita “Ámame, o mátame”.

Según salió papá del baño ni hola ni gracias por sacarme ni leches, empezó a reprocharme absolutamente todo, el tiempo que llevaba sin ir al pueblo, la ropa que me había puesto, el excesivo tacón de mis botas, lo mucho que me había pintado y lo que más me sorprendió, que cómo me casaba con el panolis de Isma y no les había dicho nada. Parece ser que mi padre no se había enterado muy bien de la movida y es que el hombre va todos los días al bar de Juan a jugar al mus y oye comentarios pero no los escucha, entonces él saca sus propias conclusiones.

“Papá, yo no me caso con Isma, sabes que lo dejamos, es Laurita, la frutera la que se casa con él, pero nos hemos hecho amigas y me ha invitado”.

Mi padre me miró gesticulando y moviendo todo lo movible en la cara y me llamó de todo menos bonita…., en ese momento desee haberle dejado encerrado en el baño.

Al día siguiente, fui con mi madre a la peluquería, la boda era a las 5 y quería estar muy guapa, porque me había enterado de que también habían invitado a Roberto, un noviete de la adolescencia y que seguía soltero y sin novia,  así que, ya sabes, en mi inagotable empeño de buscar pareja, pensé que quizás podría volverse a encender la llama, aunque mi prima Mari Pili ya me había avisado de que habían pasado muchos años y que los cuerpos cambian..., no supe hasta después, qué quería decir con eso….

La peluquería fue como una tortura, pues no hablaron de otro tema que el de la boda y a mí ya me tenían saturada, como Lola, la peluquera no paraba de rajar, casi me quema el pelo con las pinzas y en vez del alisado japonés estuve a punto de verme como Bob Marley con las rastas.

Desde que había llegado al pueblo el viernes, no había parado de comer, ya se sabe los padres, “que estás muy delgada, que te hace falta un buen chorizo” por Dios, qué comentario más soez, lo hizo mi hermano Joselito, como no…

El caso es que cuando fui a ponerme el vestido de tubo para la boda, casi lo reviento y esto a una horita del feliz acontecimiento. Yo no podía ir así a la boda, pues al mínimo movimiento se abrían las costuras y corría el peligro de quedarme como Brooke Shields en “el lago azul”, pero sin el rubio y sin ese cuerpazo, claro está.

A mi madre se le ocurrió que fuéramos donde mi prima Amparito que por lo visto teníamos más o menos la misma talla y ella iba a muchas fiestas, con lo que algo tendría para dejarme. Yo la recordaba como una mujer de unos 120 kilos, pero mi madre insistió en que había hecho una dieta especial y se había quedado estupenda.

Amparito nos recibió con todo su cariño aplastándonos con sus abrazos, porque aunque si era cierto que se había quedado como una sílfide, la fuerza no la había perdido en absoluto, yo recordaba de pequeña que siempre me escondía para que la fiera no viniera a abrazarme.

Bueno, pues eso, que me abrió su armario y me dejó elegir el modelo que quisiera, no es que tuviera mucho gusto en los colores, porque todos eran chillones hasta decir basta y los modelitos como para ir a la Feria de Abril, pero no a una boda. Afortunadamente encontré algo negro y más normal, ella insistió en que era el vestido del entierro de su abuela pero a mí me daba igual, era de lo más normalito que pude encontrar en ese armario. Me lo puse y me quedaba niquelado.

Amparito se empeñó en dejarme sus mejores joyas y en pintarme, pues había hecho un curso de maquillaje para fiestas, así que salí de allí que parecía que me iban a entregar un “Oscar”, me faltaba la alfombra roja, mi paseo por el pueblo hasta llegar de nuevo a casa fue todo un espectáculo, algunos hasta me aplaudían desde las puertas, creo que hasta le estaba quitando protagonismo a la frutera, pues se hablaba más en el pueblo de mí que de ella, supongo que por el morbo de que yo soy la ex y esas cosas.

Cuando llegué a casa a por el bolso, mi padre no quería abrirme la puerta y le oí como le decía a Joselito “No abras que es una presentadora del Telemadriiiii que viene a entrevistar a tu hermana por lo de la boda” “¡Papá que soy yo, por Dios, ábrenos la puerta.”

Aquello era el principio de una gran tarde y de una gran boda.


CONTINUARÁ………