miércoles, 25 de marzo de 2015

Capítulo 58 - La que se ha liao.....

Hola Javi, ahora si que se ha liao parda, te cuento:

Resulta que después de la conversación telefónica con Ismael, se me presentó en casa con la maleta como un alma en pena, la mete patas de mi prima, aquella que te presenté ¿te acuerdas? Como no se sabe estar calladita, le dijo mi dirección, es que vaya boquita que tiene la niña, fíjate que sólo te vio una vez y ya fue al pueblo a contarle a todo el mundo que se había echado novio, se cree que vas a ir a verla y todo, en fin, volvamos al tema de Ismael. El caso es que se presentó en mi casa y chico, yo no valgo para dejar a nadie tirado, así que le di cobijo.

Me dio una semana en casa que ya no sabía dónde meterme, ya sabes que yo soy muy burra y si digo que no es que no, pero el tío no paraba de insistir, me traía el desayuno a la cama y se sentaba a mi lado porque decía que tenía frío y se sentía solo pero cuando me descuidaba, ya estaba buscando la madalena debajo de la sábana, claro que se llevó varios manotazos y un dedo morao, con el que quiso investigar, se lo aplasté con la taza del café.
Cuando me metía en el baño para ducharme, qué casualidad que siempre había algo dentro que le urgía y me abría la puerta, se intentó meter varias veces a saco en la ducha conmigo, la última vez, salió con mi gorro de baño rosa con flores puesto en la cara y atado al cuello con una cuerda, sí, lo sé, me pasé un poco, casi le ahogo, salió morado y todo el pobre muchacho, pero el jodío quiso aprovecharse diciéndome que le hiciera el boca a boca, yo llamé a la vecina que tiene 80 años y está acostumbrada a hacérselo al marido, que está el pobre hombre casi como un vegetal y no se entera, pero Ismael sí se enteró y muy bien, acabó con la dentadura de la abuela puesta en su boca, lo sé, fue muy cruel por mi parte ponerle corega en las encías antes de la operación boca a boca de la abuela, pero fue fácil convencerle, le dije que era un colutorio especial para besar, como está tan salido, pues picó, el pobre.

Después de aquello, yo pensé que desistiría y se iría, pero que va, anteayer ya fue el colmo, cuando llegué a casa me lo encontré en la cocina, totalmente en pelotas y sólo con un delantal muy cortito, como no está muy bien dotado, precisamente, el muy falso se había puesto un pene de goma de los del sex shop, atado con una cuerda, y le asomaba por debajo, pero como era rosa, rosísima, parecía que se le había quedado pegada una salchicha fresca en el delantal, pobre muchacho, un cuadro, quiso excitarme y sólo consiguió que le hiciera una foto para mandarla a mi grupo de amigas, menudo cachondeo nos pasamos toda la noche. El pobre Ismael se metió el sólo una botella de vino y cuando no pudo más se fue desconsolado a la cama, sólo, como un alma en pena.

Al día siguiente me sentí fatal, el pobre estaba con un resacón tremendo muy deprimido y me dijo que desistía, que se marchaba, yo le dije que no era necesario, que me perdonara y que iba a intentar ser amable con él y darle una oportunidad, se la había ganado, pero poquito a poco, que me fuera conquistando como cuando nos conocimos.

Entonces Ismael, se animó y nos fuimos a dar un paseo juntos al parque, fue una mañana maravillosa, hablamos, nos reímos, parecía que nos acabábamos de conocer, entonces no había rencor ni malos rollos, estábamos muy a gusto.

Cuando llegamos a casa, nos hicimos juntos la comida, entre tonteos, caricias y ya algún besito que otro, la sobremesa y la siesta prometían…, pues yo ya me estaba venciendo ante sus encantos, con los que me había conquistado en su día. Pero ¡ah amigo! Poco duró la alegría y pronto vino mi gozo en un pozo. Resulta que la famosa foto del delantal había llegado al móvil de mi prima, la boca rana y no se la había ocurrido otra cosa que convocar a la mitad del pueblo en un bar para enseñarla, como nunca la hace caso nadie, claro, quería llamar la atención con semejante alimento de cotilleo. ¿Y a que no sabes quién vio la foto….?

La de los melones, la frutera, así que la faltó el tiempo para presentarse en Madrid. En efecto, estábamos ya terminado de comer, con el vinillo, más tontos que tontos, Ismael se había quedado en ropa interior y me estaba haciendo un baile provocador, cuando de repente, llamaron a la puerta. Ismael fue abrirla y yo sólo pude oír un tortazo tremendo y unos tacones acercarse al salón a gran velocidad, de repente vi aparecer a la melones con cara de poseída, que hasta la habían crecido los pechos, lo mismo eran de los de aumento progresivo, porque madre mía, detrás venía el pobre Ismael con la cara morada y una mano marcada en todo el moflete, de la leche que Dña. Piña Colada le había endiñado.

La melonera se puso delante de mí, en jarras desafiándome:

“¡Y tú! ¿qué? ¿todavía no te has enterado que éste es mío? ¿Cómo te doy, con la mano abierta o cerrada?”

“Bueno, disculpa, pero me dijo que le habías dejado por el del calabacín gordo, perdón, el que te trae los calabacines, je,je.”, la contesté.

“¿Cómo?” gritó furiosa y en ese momento, la frutera lozana, se giró hacia Ismael y le volvió a propinar un segundo bofetón y éste fue más fuerte todavía hasta el punto de que mi pobre ex cayó sobre el sillón del impacto, joer con la melonera, pensé, “¿estará yendo a clases de kick boxing?”

Como no quería ser la próxima en probar su puño, porque a mí me amenazaba con la mano cerrada, me puse en pie y la dije:

“Mira Laurita, maja, dulce manzanita, que eres lo más bonito del pueblo y lo más grande, llévate de aquí a tu salchichita fresca contigo y a ver si tú le quitas el calentón que lleva teniendo toda la semana, que me da a mí que está falto de cariño, mujer, yo te le regalo, de verdad”

En ese momento llamaron a la puerta y todos giramos la cabeza hacia ella. A ver quién es ahora, dije, lo mismo la vecina que viene a por la dentadura o hacerle otra vez el boca a boca a tu chico, je,je.

La frutera me miraba sin entender nada e Ismael si hubiera podido me hubiera asesinado en ese mismo momento.

Cuando abrí la puerta ¡ahí va Dios! Alberto, mi segundo ex novio, venía con ramo de flores en mano y con sonrisa de oreja a oreja, claro, sólo hasta que entró y se encontró a la melonera pegándose el revolcón en el sillón con Ismael en calzoncillos y es que sólo en el medio minuto de ir yo a abrir la puerta, los dos tortolitos se habían reconciliado y se estaban dando el lote padre.

“¡Hola Cata! Parece que te pillo en mal momento, ¿Tenéis orgía? Je,je, no sabía que te iban los tríos” dijo Alberto. 

“Bueno Alberto, no es lo que parece, bueno, lo de ellos sí, evidentemente es lo que parece, pero yo no pinto nada en la historia, es un tema largo de explicar, si quieres damos un paseo y te cuento, porque estos tiene para rato”, le dije.

“Como quieras cielito, seguro que es otra de tus friky historias, pero más vale, lo malo conocido que….., porque yo también tengo que contarte”

“Uyyyy”, pensé, “este viene cabizbajo y arrepentido, pues se va a enterar…”


CONTINUARÁ…..

martes, 17 de marzo de 2015

Capítulo 57 - Mi vecina Azucena



En el capítulo 12 os contaba, que mi vecina Azucena me había invitado a salir a bailar.

Me quedé donde os relataba, que buscar la ropa apropiada para quedar con ella no fue fácil.

Al final decidí no comprar más que unos pantalones de vestir de color gris marengo y una camisa de color azul celeste.

Quedamos en que el sábado noche Azucena pasaría a buscarme y así lo hizo.

Eran las diez de la noche y el timbre de la puerta sonó.

Recordaros que Azucena debía tener unos 35 años y que era una diosa del Olimpo griego.

Me dirigí hacia la puerta, la abrí…………….. y allí estaba esa preciosa mujer, vestida con una minifalda negra y una camisa a juego.

“Hola Azucena”

“Hola Javi, estás listo?”

“Si claro,  nos vamos ya”.

Salimos al rellano para esperar el ascensor, pero éste no hacía más que subir y bajar sin parar en nuestra planta, lo que dio tiempo para que nuestra vecina Angélica nos viera juntos y empezase a murmurar por lo bajo:

-Y dónde irá este vejestorio con esa niña tan joven-

“Buenas noches Angélica, qué tal está?”. Dije yo

“Muy bien hijos, muy bien. Qué? Os vais de fiesta?”.

“Pues si señora”, dijo Azucena.

-Menudo espanta cunas que está hecho el tío este- Siguió murmurando la anciana.

Por fin el ascensor llegó y Azucena y yo entramos en él. Mientras se cerraban las puertas, se oyó decir a Angélica: “Pasadlo bien y ten cuidado hija con ese señor, que podría ser tu padre”.

Azucena y yo nos miramos y poniendo cara de circunstancias, no dijimos nada.

El ascensor paró en la planta que daba acceso a la calle y según abrimos la puerta, nos encontramos de bruces con las señoras que vivían en el 4º derecha. Hermanas ellas, una de la otra, es de entender.

Nos miraron de arriba abajo y sonriendo dijeron:

“Vaya!!!, buenas noches parejita”.

Yo quise explicarles de manera amable, que no éramos pareja, que solo habíamos quedado para tomar algo y que sus pensamientos eran erróneos, pero cuando quise articular mi primera palabra, una de las señoras añadió: “Pero hija!!!!, no eres demasiado joven para este hombre?”.

Yo ahora, ya no quería explicar nada, solo quería matar a esas señoras, que con cara de desden hacia mi persona, entraron en el ascensor.

-Lo mismo tienen razón- pensé.

Miré a Azucena y antes de poder decir nada, ella sonrió y dijo: “Hay que ver como son estas señoras. Mejor no hacerlas ni caso”.

Salimos a la calle para tomar un taxi y enseguida vino uno, levanté la mano y el vehículo paró.

Abrí la puerta e invité a Azucena a entrar primero, después entré yo.

“Buenas noches”, dijo el taxista y añadió: “Dónde llevo a este padre y a su hija?”.

A lo que yo contesté: “A ningún sitio!!!!”.

Abrí la puerta del taxi y salí, después invité a Azucena a salir y ella salió.

Esperamos cinco minutos y mientras llegaba el siguiente, propuse a Azucena un juego, más que nada para que la espera no fuera aburrida.

“Azucena, yo sé que te encanta el cine, pero serías capaz de recitar de memoria la escena de alguna película?”

“Pues claro que si!!!”, dijo Azucena con una gran sonrisa.

“A ver, empieza tu y yo te sigo” dijo ella.

 En esto que llegó otro taxi.

Abrí la puerta e invité a Azucena a entrar primero, después entré yo.

Sin dar tiempo a que el señor conductor pudiera abrir la boca le dije: “NO!!!!, no es mi hija y queremos ir a la calle del Anticuario, número 20”.

El taxista y sin abrir la boca, puso en marcha el vehículo.

Una vez en el interior, empecé a recitar el guión de una película que me encanta: “El Padrino”: “Mira muñeca, espero que tengas la boca bien cerradita, pues de lo contrario tendré que enviarte al fondo del lago Michigan”.
Azucena me siguió el juego y continuó perfectamente con el guión de la película y su diálogo.

“Eres un miserable, mataste a mi padre y ahora me haces esto a mi”.

“Cállate o te mato aquí mismo!!!!”, dije recordando las palabras de Vito Corleone.

Sonaba en la radio de aquel coche la música del Fari. Debe ser que todos los taxistas la escuchan.

De repente el Fari cesó de cantar y de manera brusca comenzó a sonar la típica música que da paso a los informativos. El locutor con voz de alarma, empezó a dar la noticia que había propiciado el corte musical: “Estimados oyentes. De la agencia Europa Press, nos llega la alarmante noticia de un secuestro. Un hombre de edad madura y vestido con pantalón gris y camisa azul, ha retenido contra su voluntad a una mujer joven y atractiva, que viste minifalda negra y camisa a juego. El hombre es muy peligroso. En caso de verlo llamen inmediatamente a la Policía y no intenten detenerlo, pues seguramente irá armado”.

A través del espejo retrovisor del coche vi, como los ojos del taxista estaban clavados en mí.

Una vez terminó la alocución, el Fari prosiguió con su famoso “Torito Bravo”.

Y Azucena y yo, también seguimos con nuestro juego:

“Don Vito”, dijo Azucena, puedo servirle de ayuda sin me deja con vida”.

A lo que yo contesté: “En ese caso, te haré una proposición que no podrás rechazar”.

En ese mismo momento, el taxista abrió la puerta y se tiró del coche, el cual seguía en marcha y a toda velocidad por aquella calle llena de coches y de gente.

Vi con cara de asombro como el taxista llevaba en su mano un teléfono móvil, con el cual empezó a marcar un número de teléfono muy corto.

A todo esto el taxi seguía en marcha y menos mal que era de esos que aún no llevaban pantalla anti-atracos, así que a toda prisa me situé en el asiento del conductor y logré frenarlo, justo cuando se iba a empotrar contra un escaparate.

Miré a Azucena, que muerta de terror seguía atenazada por los nervios en el asiento trasero.

“Tranquila Azucena, ya pasó todo”.

Azucena no podía articular palabra alguna.

Abrí la puerta del conductor y según me dirigía a abrir la puerta trasera, tres coches de Policía rodearon el taxi.

Bajaron de los coches patrulla cinco o seis policías, que apuntándome con sus armas, me gritaron que levantara las manos.

Otro sacó a Azucena del taxi, que seguía con los ojos fuera de sus órbitas por el susto y la apartó de la escena.

El taxista que venía corriendo desde el punto desde donde se había tirado del coche, empezó a gritar fuera de sus casillas: “ESE ES, EL DE LA RADIO, ES ESE!!!!”.

Y añadió: “Y LE DIJO A LA CHICA QUE LA IBA A MATAR!!!”.

Yo me giré para intentar explicar a los policías, que nada teníamos que ver con el secuestro anunciado en la radio, cuando de pronto una porra se hundió en mi cráneo, provocando mí caída al suelo.

Cuando desperté, estaba tumbado en la cama de un hospital, custodiado por un policía y atado a la cama.

Dos días después estaba ante el juez, con un chichón de 10 centímetros y dando explicaciones sobre lo que pasó.

Media hora más tarde me dejaron en libertad y me fui a casa.

Al llegar al portal de mi bloque, pregunté al portero si sabía algo de Azucena y me contestó que la habían ingresado en un Psiquiátrico.

Capítulo 56 - Mi ex ha vuelto...

Hola Javi, mi ex ha vuelto y no sé qué hacer, tengo dudas, creo que sigue loco por mí. Me llamó el otro día y esta fue nuestra conversación:

ISMAEL: Hola churri ¿cómo estás?

CATA: ¿Churri? ¿Eres Isma, el energúmeno de mi ex novio que me dejó por la frutera del pueblo? ¿Cómo te atreves a aparecer después de un año y llamarme Churriiiii?
¡¡¡¡Catalina Menudillo y de Vd., que ya no tenemos confianza!!!

ISMAEL: ¡Hija, cómo te pones, me encanta, echaba de menos ese carácter, y lo bien que te sienta, je,je, me pone a cien! Te echo de menos Cata.

CATA: ya, jaaaaaa, que pasa ¿Qué a la Laurita se le han reventado los melones porque le pusieron la silicona con caducidad de un año? ¡menudas tetillas arrugassss se le habrán quedao ja,ja,ja ¿Y ahora qué….?

ISMAEL: No es eso Cata, déjame que te explique. 

CATA: ¡Ahhh! Pues entonces es que se ha dado cuenta por fin que lo tuyo es postizo, se te habrá despegao por no hacerle el mantenimiento y se ha buscado algo más contundente, normal, aunque con lo bruta que es, lo mismo le ha cogido la morcilla de Burgos a su tío el de la charcutería, je,je.

ISMAEL: ¡pero Cataaaa, qué cosas tienes! A ver, que te explico….

CATA: Naaaaa, ya me lo imagino, que como roncas tanto la pobre muchacha está con ansiedad y taquicardias, claro, después de un año durmiendo con el león de la Metro, debe estar hecha polvo.

ISMAEL: Bueno, Laura me ha dejado, pero no por lo que dices. Es que se ha enamorao del Raimundo, el que la trae la fruta a la tienda ¿te acuerdas? El rubio ese altote.

CATA: ¡Ahhhh sí! Claro, menudos calabacines que traía el tal Raimundo, seguro que la ha engañado y la ha prometido que el suyo es como esos de grande y gordo y ésta como tiene menos luces que la casa del difunto Mariano, se lo ha creído y esta como loca por la música.

ISMAEL: Pues no sé pero el otro día me lo dijo y me he quedado hecho polvo, ya vivíamos juntos y todo, como la casa es del Higinio, su padre, pues me ha echado y no tengo dónde ir, ya sabes que yo soy huérfano. Me ha salido un trabajo en Madrid y había pensado irme para allá y a ver si me acogías durante un tiempecillo hasta que encuentre piso o si retomamos lo nuestro, pues yasta, junticos otra vez, je,je.

CATA: ¡Mira, Isma, mira! ¿prefieres con la mano abierta o cerrada? ¡Ya tienes tú morro de plantearme algo así! ¿tú crees que ahora me puedes venir sobao por la frutera tetuda a que yo te dé cobijo y supongo que también lo que ella no te va a dar más? ¿y qué me pongo,  unos pechotes de goma del sex shop y me disfrazo de piña para recordarte a ella y que no la añores? ¡vamos hombreeeeee!!!!!

ISMA: Bueno je,je, en fin, no hace falta, tú siempre me gustaste mucho Cata, y lo de los pechos, con no mirar los tuyos…

CATA: ¿ehhhhhh? ¿qué dices plátano flojo, que ni la frutera del pueblo y mira que es bobona, te ha podido aguantar más de un año? ¡esta conversación ha terminado! Adiós, búscate otra tonta, yo además tengo un novio guapísimo, super potente y millonario que me lleva en un cochazo, está muy enamorado de mí y si se entera que me estás tirando los tejos te va a poner las pilas, así que cuelgo…. pipipipipi

ISMAEL: Cata, no mientas, que he visto tu perfil anunciado en la Página “Te busco a ti” y ayer mismo estabas conectada, de hecho me pusiste un me gusta en mi perfil.


¿Cata….? Ohhhh, ha colgado….En fin, pobre Cata, volveré a intentarlo, todo sea por buscar un cobijo…..

jueves, 12 de marzo de 2015

Capítulo 55 - Terapia de grupo

Hola Javi, después de nuestro intento fallido de reconciliación por whatsapp, Alberto y yo decidimos asistir a una terapia de grupo, a ver si podíamos solucionar nuestras desavenencias…

Nos recomendaron un lugar especializado en el tema y allí nos dirigimos la parejita. Era un local muy grande y nos atendió una tal Belinda, mujer despampanante que dejó boquiabierto a Alberto y a mí de mala leche porque mientras que nos tomaba los datos y nos hacía las preguntas, Alberto continuamente la ponía caritas y yo por debajo, le daba pataditas, aunque por desgracia no conseguí llegar al punto clave donde le habría dolido para que se le quitara el calentón.

La cosa ya se empezó a poner conflictiva cuando Belinda preguntó:

“Bueno chicos ¿y dónde pensáis vosotros que radica vuestro problema?”

A lo que Alberto pestañeando y con los ojos laser hacia dos ciertos objetivos de Belinda, contestó:

“¡Vaya melones! Uy perdón quería decir que Cata tiene muchos dolores”

“¿Yo dolores?”  Contesté “lo que estoy es hasta las narices de tus idas y venidas y de tus mensajes criticando mis defectos como si fueras perfecto, que si me pongo a enumerar, no paro, entre las almorranas que a saber de qué te salen tanto, el estrabismo, que tú dices que no, pero yo te noto que los ojos no están en su sitio y que siempre estás cansao y no funcionas como debes, estoy por volver con el Travolta que al menos me daba caña….”

Belinda se levantó ruborizada y nos invitó a que la acompañáramos a una gran sala donde nos encontramos a unas tres parejas recorriendo la sala de la mano dando saltitos como si fueran Heidi y Pedro. Yo le dije a Alberto que si no se habría confundido y me habría traído a un centro psiquiátrico, pero Belinda no nos dejó ni reaccionar, se puso en medio de los dos, nos cogió a ambos de la mano y empezó a dar también saltitos por la sala, como si estuviera poseída, arrastrándonos a que hiciéramos lo mismo, yo intentaba soltarme pero ella, me agarraba con gran fuerza, de repente se giró hacia mí clavándome su mirada con esos enormes ojos y endiñándome tal tetazo en mi brazo que sentí como si me hubieran puesto la anti tetánica y me dijo: “Relájate y déjate llevar, suelta todo lo que tienes dentro”.

Yo no podía más que pensar que aquello era de locos y que no iba a solucionar nuestro problema, pero Alberto estaba como hipnotizado por los encantos de la enorme pelirroja y se dejaba llevar sin problemas.

Seguidamente se hizo la oscuridad y varias manos empezaron a palparme desde la cabeza a los pies, yo no paraba de dar a diestro y siniestro para defenderme, pero aquello no había quien se lo quitara de encima. Tenía ganas de llorar, porque no entendía nada.

De repente, se encendió la luz, se oyó un silbato y todos pararon en seco, entonces cada uno se puso enfrente de su pareja y empezó a emitir gemidos, insultos, improperios, alguna creo que hasta simuló un orgasmo, en fin, que aquello ya no es que pareciera un centro psiquiátrico, sino uno especial de enfermos mentales potencialmente peligrosos y yo empecé a asustarme y un sudor enorme comenzó a correr por mi frente.

Alberto se puso enfrente mío, me cogió de las manos y empezó a reír a carcajadas, Belinda y el resto de los asistentes, aplaudieron y se acercaron a abrazarme y a dar palmaditas en la espalda a mi chico, entonces Belinda me sonrió y me dijo. “Todo ha sido una broma, Cata, para acabar con la monotonía de vuestra relación, ¿te ha gustado?”

Gracias Belinda, gracias Alberto, gracias a todos, espero que os hayáis divertido con la obrita de teatro que os habéis montado y que os haya hecho sentiros realizados y que habéis vuelto a vuestra infancia. A mí esto no es que no me haya gustado, sino que me ha caído como un ladrillo en la cabeza, pues pensaba que una pandilla de locos nos había secuestrado y que iba a acabar en una camilla sufriendo los efectos de una sierra mecánica ante los ojos desorbitados de Belinda y que me iban a partir en cachitos y meterme en bolsas de basura para posteriormente meterme en un maletero y tirarme a un descampado.

Bueno ahí tenéis otra idea para vuestra próxima representación artística, yo me voy de aquí echando leches.

Alberto, porfa, olvídate de que existo, tú locura va más acorde con la de tu amiga pelirroja Belinda y tú muchacha, pónteme un sujetador que cualquier día te cargas a alguien con esos pechotes.


Este ha sido el fin de mi relación con Alberto.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Capítulo 54 - ¿Reconciliación....?


CATA: Hola Alberto, me he permitido escribirte para saber cómo estás….

ALBERTO: ¡Hola guapa! ¿Cómo estás? Bueno, más bien afirmo, ¡cómo estás! Ja,ja,ja, es que estoy de buen humor.

CATA: Hace una semana que no sé de ti…….

ALBERTO: Ni yo de ti, pensé que te habías ido con el barquero del Retiro, ja,ja,ja, ¡qué chispa tengo hoy! ¿eh?

CATA: Y que sepas que solo te escribo, porque mi amiga Lucía me ha dicho que te escriba, porque creo que después de llevar una semana sin saber de ti, no te mereces ni el más mínimo esfuerzo por mi parte………….

ALBERTO: Bueno, no es para tanto, mujer, he estado ocupado y de viaje, por cierto, te compré un regalo y me lo dejé en el Hotel, ¡menuda faena! Eran unas braguitas muy monas, seguro que se las ha quedado la gorda de Recepción, dice que no están allí.

CATA: Seguro que ya me has olvidado,  los hombres tenéis esa facilidad para olvidar a una mujer que ha puesto su alma en vuestras manos. Y para qué?, para que luego vosotros la pisoteeis sin miramientos…………

ALBERTO: Yo no te olvido Cata, sería difícil olvidarte con todas las aventuras que hemos corrido juntos, de hecho, tú eres una aventura, je,je.

CATA: Si ya me lo dijo ayer mi madre, que tú no me mereces, que no vales la pena y que seguro que andas por ahí con alguna pelandrusca………..

ALBERTO: Pues mira que no recuerdo que me hayas presentado a tu madre, por cierto ¿qué es una pelandrusca? ¿es un término del idioma nativo de tu poblado, perdón pueblo? Ja,ja,ja, ¡ay que chispa!

CATA: Si supieses cómo que odio…………..
CATA: Cómo pude ser tan idiota y confiar en ti…………
CATA: Yo que me había hecho tantas ilusiones contigo…………
CATA: Claro, como soy una tonta, pensé que lo nuestro sería para siempre……….

ALBERTO: Cata, que te embalas, espera un momento mujer, no me dejas tiempo ni a contestarte, ¡cuatro mensajes seguidos, me estás reventando el whatsap!

CATA: Y ahora que pasará con todas esas cosas de las que hablamos y con KUKI, si, mi perro KUKI que sabes que te adora, cómo se va a sentir KUKI, si no te vuelve a ver?……………
ALBERTO: ¡Qué jodío el Kuki, si sólo me quiere para mearse encima de mi pie! Sinceramente yo no le echo de menos…

CATA: Sabes lo que te digo, que te vayas a paseo y que voy a tirar todas las fotos que nos hicimos juntos, SI, incluidas las de aquel día en el hotel de montaña………..
CATA: Lo tuyo no tiene nombre………….

ALBERTO:  Oye, la de la montaña, pásamela, que me gusta para hacerme un poster, aunque habrá que quitar al cabrero que nos pilló en plena acción allí arriba, ¡qué corte! ¿Te acuerdas? Menos mal que nos dimos cuenta que el jodío nos estaba grabando, ja,ja,ja.

CATA: Además, y para que lo sepas, eres un pésimo amante y las poesías que me escribiste al principio (si, solo al principio, que ahora no me escribes nada), eran una horterada. Yo te decía que me gustaban, pero solo por complacerte……………..

ALBERTO: ¿Pero qué quieres que te escriba Cata? Si te di las poesías tan bonitas en un papel fino, finísimo que me costó una pasta y como no tenías kliness te limpiaste la nariz con ellas, pensando que era una servilleta.

CATA: Ah otras cosa, a ver si te vas a graduar la vista, porque de la manera que vistes, pareces ciego IDIOTA!!!..............

ALBERTO: Ahí ya te has pasao, maja, que mis camisas de Pedro del Hierro y mis pantalones levis cuestan un dineral, por no hablar de mis Jerseys de Rhalf Lauren y todo auténtico, no como tú que me vas de mercadillo.

CATA: Hortera, más que hortera………….

ALBERTO: ¿Te atreves a llamarme hortera cuando el otro día me recibiste en tu casa con una bata de guata verde puñeta, los rulos puestos y un pijama manta de color marrón caquita? Hija mía por Dios, ¡dónde está tu sexapil…!

CATA: Y que se sepas que roncas como si durmieses con un trozo de tocino de cerdo en la boca………………

ALBERTO: No me hables de tocino que me descompongo cuando pienso el aquello que tienes ahí abajo hija, que tú no necesitas “el no más vello” sino el cortacésped del jardinero de mi casa para sanear toda esa melena, por no hablar de lo que te sale de la axila.

CATA: Menos mal que te has marchado, porque estaba harta de tanto fútbol, que te gustan más las piernas de los futbolistas que las mías……………

ALBERTO: Bueno en realidad, no veo mucha diferencia entre unas piernas y las otras….
CATA: Y el cine, qué me dices del cine!!!!............que me tuve que tragar cada pestiño de la Segunda Guerra Mundial, que todavía tengo pesadillas……………..

ALBERTO: Para un día que pude ver una película a gusto y fue sólo una, después de llevar tres meses tragándome la saga crepúsculo con todos esos vampiros con la salsa de tomate colgando de la boca…

CATA: No tienes sentimientos, so vago, que en el último San Valentín me diste dinero para que me comprará yo las flores!!!!!!!!!!!!!..........

ALBERTO: Cata ahí sí que te has equivocao, yo no te di dinero para que te compraras flores, sino para que cambiaras de colonia, porque la que llevas huele a lentejas y me pone malo, hija.

CATA: Pero serás estúpido!!!!!.............
CATA: Adiós, que no quiero volver a verte en mi vida!!!!!!!!!

ALBERTO: ¿Cata, Cata? Contesta mujer, era todo broma, sólo quería hacerte reír, que sé que tanto te gusta. Te quiero bomboncito….