viernes, 24 de octubre de 2014

Capítulo 19 - Ernesto no es "single" o si no, que me lo expliquen...

Increíble Javi ¿ves? la "esperanza" es lo último que se pierde..., Ya me contarás cómo te va con tu amada...., eso sí, compra klines en cantidad para que no la falten a la muchacha, ja,ja,ja. No me odies por esto, me lo has puesto a huevo. 

Bueno ya, ahora tendrás tú la oportunidad de reírte, porque mi próxima aventura es de "pabernos matao"

Resulta que una amiga me presentó a su primo, que se llama Ernesto y de verdad, un chico muy majo, hemos quedado un par de veces y fenomenal, pero el otro día me invitó a comer a su casa para que la conociera, o a saber...:

Llegué a casa de Ernesto un poco más tarde de la hora, para no ser muy agobios, pero él no estaba, le llamé y me dijo que perdonara que se había ido a coger setas y se había perdido por el campo que ya estaba de camino, que en un ratito llegaba. Yo pensé, bien, setas para comer, éste no tenía otra cosa en la nevera, espero que las conozca y no me envenene….El ratito se transformó en 45 minutos, durante los cuales, yo no sabía ni dónde meterme, pues mi querido amigo vivía en una urbanización a tomar vientos en la que no había ni bares, ni tiendas, ni un puñetero banco para sentarse, estuve a punto de no cortarme ni un pelo y sentarme en el suelo.Bueno el caso es que Ernesto apareció con un niño de unos 15 años, una niña de unos 13, una abuela de unos 85/90 y una mujer super escotada de unos 35 y yo no entendía nada, venían todos de la mano y parecían la familia feliz. Al verme, empezaron las presentaciones, primero el hijo, luego la hija y tatatachan….., la del escote su mujer y la abuelita su suegra…., ¡qué bonito, todos juntos en armonía! vamos para flipar, se me debió de notar la tensión porque al darlas dos besos casi las dejo marca en la cara y se libraron de que hincara el diente, ¡qué desfachatez! Bueno, pues el muy carota me presentó guiñándome un ojo como “la amiga de Marta que viene de fuera y vende ropa de mujer” cuando habíamos estado durante dos semanas mandándonos mensajes y me mandaba flores todos los días por whatsapp, sin contar con las dos citas para ir al cine y a cenar, además de su manifestada intención de tener una relación de pareja conmigo. ¡Gili, que eres una gili, pensé! Claro, luego vi su mensaje en el móvil: “socorro mi mujer, los niños y mi suegra, no se han ido, disimula y sígueme el rollo, no he podido avisarte, luego te explico” tarde, capu......

Como la mujer parecía muy maja y la abuela tenía aspecto de estar camino del cementerio, no quise fastidiar ni provocar un homicidio involuntario, así que con diplomacia pero sin morderme la lengua me despedí de la siguiente manera, porque este, claro, de rositas no se podía ir.

“Me vais a disculpar pero he tenido una llamada urgente mientras cogíais setas en el campo y debo marcharme, así que no podré comer con vosotros. Lo de las pastillas para la impotencia sexual de Ernesto, ya lo hablaremos otro día que pueda venir, no os dejo catálogo de productos para alargar el pene, porque no lo tengo aquí a mano, pero él tiene mi tarjeta, pues ya ha venido varias veces a verme, de todas maneras, en la consulta también puedo atenderos, no hace falta que me invitéis a comer, aunque os agradezco el detalle. Mientras tanto, ya sabes Ernesto, la pastillita verde antes de… ,la roja después ¡y suerte!”

Seguidamente me fui tan contenta y erguida ante la cara sudorosa y roja de Ernesto, la mirada atónita de los niños y de su mujer y los chillidos de la abuela diciendo “¿qué ha dicho que el Ernesto e impotente?”


Bueno, después de esto, de quién me puedo ya fiar, ¡qué horror, Javi!

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