miércoles, 29 de octubre de 2014

Capítulo 21 - Gracias Cata

Hola Cata.

En primer lugar quiero agradecerte que me hayas concertado una cita.

En segundo lugar quiero decirte…………….que te odio ¡!!.

Vamos por partes.

Aunque tú no lo sepas, ya encontré a la mujer de mi vida. Se llama Esperanza y estoy intentando conocerla mejor, bueno, para ser sincero, estoy intentando conocerla.

Pero de todas maneras quedé con tu prima, más que nada por deferencia a ti y por eso te pedí su dirección.

La verdad es que sí debe tener un fondo maravilloso, pero debe estar tan al fondo, que yo no fui capaz de llegar a él.

Ah….que sepas, que de lo que no tiene fondo es de comer ¡!!!!

 Te cuento lo que pasó.

Quedé con ella en un restaurante, que afortunadamente era buffet libre.

Nos sentamos en una mesa, obviamente después de las presentaciones.

Al verla me dio buena impresión, si, pero a partir de ahí, la impresión que me dio me dejó una cara que bien valdría para Haloween.

Tu prima del pueblo, que por cierto, no es que sea de pueblo, es que llevaba el pueblo en todo su interior, empezó sirviéndose ensalada, pero en tal cantidad, que en Murcia aún siguen cosechando para que pueda terminarse el primer plato.

Cuando terminó y sin mediar palabra, porque claro, a ver quien habla con la boca llena de 20 kilos de espárragos, se sirvió su segundo plato.

Ahí yo creí que el mundo se terminaba, pues es IMPOSIBLE, que quepan 14 solomillos en un solo plato.

Cuando terminó de mascar, dijo: “Es lo malo de los buffet, que siempre se quedan cortos aposta”.

Con su tercer plato yo pensé que estábamos en un campeonato de a ver quien come más y se sirvió una merluza de pincho entera, que por lo menos debía pesar 10 kilos.

Bueno pensé, lo mismo para y podemos hablar de algo.

Pues no señor.

Ella dijo: “Aún me queda sitio para las legumbres”.

Y si, si le quedaba sitio.

Se comió ella solita la producción de alubias y lentejas que según las estadísticas se consume en un año en Asturias.

Un inciso, eso que solo se pedorrea en el baño, díselo tú a la pareja de novios que estaba sentada en la mesa de detrás de ella, que tuvieron que ser asistidos por el SAMUR, por insuficiencia respiratoria.

O a los de la mesa de detrás de los novios que estaban celebrando una despedida de soltero y se fueron los seis con tupé.

O al resto de los comensales del restaurante, que entre vómitos se tiraban por la ventana para dejar de sufrir y eso que el buffet estaba en un séptimo piso.

Mira cata, yo sé que te caigo bien y tú a mí, pero como vuelvas a presentarme a una prima tuya, vamos a perder las amistades.

Pd. A lo de la merienda va a ir tu prima!!!!!!!!!!!

Y nunca mejor dicho.

Javi.



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