Hola
Cata.
En
primer lugar quiero agradecerte que me hayas concertado una cita.
En
segundo lugar quiero decirte…………….que te odio ¡!!.
Vamos
por partes.
Aunque
tú no lo sepas, ya encontré a la mujer de mi vida. Se llama Esperanza y estoy
intentando conocerla mejor, bueno, para ser sincero, estoy intentando
conocerla.
Pero
de todas maneras quedé con tu prima, más que nada por deferencia a ti y por eso
te pedí su dirección.
La
verdad es que sí debe tener un fondo maravilloso, pero debe estar tan al fondo,
que yo no fui capaz de llegar a él.
Ah….que
sepas, que de lo que no tiene fondo es de comer ¡!!!!
Te cuento lo que pasó.
Quedé
con ella en un restaurante, que afortunadamente era buffet libre.
Nos
sentamos en una mesa, obviamente después de las presentaciones.
Al
verla me dio buena impresión, si, pero a partir de ahí, la impresión que me dio
me dejó una cara que bien valdría para Haloween.
Tu
prima del pueblo, que por cierto, no es que sea de pueblo, es que llevaba el
pueblo en todo su interior, empezó sirviéndose ensalada, pero en tal cantidad,
que en Murcia aún siguen cosechando para que pueda terminarse el primer plato.
Cuando
terminó y sin mediar palabra, porque claro, a ver quien habla con la boca llena
de 20 kilos de espárragos, se sirvió su segundo plato.
Ahí
yo creí que el mundo se terminaba, pues es IMPOSIBLE, que quepan 14 solomillos
en un solo plato.
Cuando
terminó de mascar, dijo: “Es lo malo de los buffet, que siempre se quedan
cortos aposta”.
Con
su tercer plato yo pensé que estábamos en un campeonato de a ver quien come más
y se sirvió una merluza de pincho entera, que por lo menos debía pesar 10
kilos.
Bueno
pensé, lo mismo para y podemos hablar de algo.
Pues
no señor.
Ella
dijo: “Aún me queda sitio para las legumbres”.
Y
si, si le quedaba sitio.
Se
comió ella solita la producción de alubias y lentejas que según las
estadísticas se consume en un año en Asturias.
Un
inciso, eso que solo se pedorrea en el baño, díselo tú a la pareja de novios
que estaba sentada en la mesa de detrás de ella, que tuvieron que ser asistidos
por el SAMUR, por insuficiencia respiratoria.
O
a los de la mesa de detrás de los novios que estaban celebrando una despedida
de soltero y se fueron los seis con tupé.
O
al resto de los comensales del restaurante, que entre vómitos se tiraban por la
ventana para dejar de sufrir y eso que el buffet estaba en un séptimo piso.
Mira
cata, yo sé que te caigo bien y tú a mí, pero como vuelvas a presentarme a una
prima tuya, vamos a perder las amistades.
Pd.
A lo de la merienda va a ir tu prima!!!!!!!!!!!
Y
nunca mejor dicho.
Javi.
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