lunes, 6 de octubre de 2014

Capitulo 1 - Buscar Pareja (Malena)

INTRODUCCIÓN

Hacía ya 5 meses que lo habían dejado y Catalina empezaba asimilar que cuando Ismael la comentaba que menudos melones tenía la frutera, no se refería a la fruta propiamente dicha, sino a los enormes pechos de aquella mujer, que le llegaron a encandilar hasta el punto de perderse en ellos y olvidarse de que Catalina era su novia desde que tenían 15 años.

Y es que hay que ver, cómo había cambiado Laurita, la frutera, que de pequeña era no fea, sino desagradable de ver, pues entre el bigote y los granos no se le distinguía facción ninguna en la cara, además de ser nadadora (nada por delante, nada por detrás). El afortunado golpe de suerte que tuvo su padre con la lotería, transformó a esta criatura en una Barbie y es que para Hilario, su padre, era muy importante la imagen en el negocio familiar.

Bueno, volviendo a Catalina, la novia dejada…., sus amigas la aconsejaban que se fuera buscando otro novio, ya que con su edad, 30 años, se la estaba pasando el arroz y no podía permitirse el lujo de andar mareando la perdiz.
Así que un buen día Catalina se echó la manta en la cabeza y se metió en una página de contactos que la recomendaron, para buscar hombre que la consolara de su desdichado fracaso sentimental.

Ya sólo el nombre de la página prometía…., “te busco a ti” y Catalina no se podía ni imaginar todo lo que le iba a acontecer a partir de ese momento pues la pobre inocente no conocía otra manivela que la de su querido capullo ex novio Ismael.

Catalina empleo más de dos horas en rellenar los datos de su perfil y eso que sólo eran 6 sencillas preguntas, pero ella escribía y borraba continuamente buscando la respuesta que más pudiera agradar a quien lo leyera, a pesar de su inocencia, era una chica lista y quería sorprender al personal, además se había prometido a sí misma ligarse a un tío impresionante para pasearle por delante de su ex y de la Bombi, que era el mote que le había puesto a la tetona, la frutera de los melones.

Para hacerse la foto, llamó a su amiga del alma Ana, que con la mayor paciencia del mundo, después de hacer 25 pruebas, consiguió que se decidiera por una foto adecuada para tan maravilloso perfil. Catalina era mona, más bien atractiva pero no era un pivón, aunque se sacaba buen partido con una buena minifalda y los pechos embutidos en un mini sujetado al que encima le había añadido un calcetín en cada uno para hacer relleno. Vamos que casi la de los melones no era nadie a su lado.

Con tan logrado perfil, Catalina enseguida empezó a recibir mensajes de más de un admirador, algunos de ellos sorprendentes y poco comprensibles para ella, como por ejemplo “¿cómo tienes la fresa?” ese la jorobó bastante porque la fruta la recordaba a la de los melones que le había quitado a su churri. La verdad es que poco acostumbrada a hacer vida social en el medio virtual, observaba que los hombres tenían gran interés por la gastronomía, cosa que ella desconocía pues Ismael no sabía ni freírse un huevo, aunque ella de saberlo, le habría achicharrado los dos. Y digo esto porque  además de el de la fresa, otros se interesaban por la almeja, el mejillón e incluso las peras, para Catalina, desde su inocencia, todo esto era sorprendente.

Después de muchos mensajes poco interesantes, por fin llego el esperado.

“Hola, me llamo Andrés, me ha gustado mucho tu perfil y me encantaría conocerte, te dejo mi teléfono por si quieres que contactemos y nos veamos en persona. Con todo mi agrado, te envío un saludo. Andrés”

Catalina no cabía en sí misma, sólo una semana en la página y ya la había contactado el “hombre de su vida”  y encima con tan bonito nombre “Andrés” Y un bombón de hombre, según se mostraba en la foto. Así que no tardó ni dos segundos en enviarle un mensaje: “Hola Andrés, soy Catalina, si quieres podemos veros esta tarde a la hora que te venga bien”  Estaba tan emocionada que no se dio ni cuenta de lo que estaba transmitiendo a su pretendiente con tanto interés, “desesperación….”

A pesar de todo, Andrés la contestó exactamente a los dos minutos “Hola Catalina, te espero hoy a las 7 de la tarde en el Bar Pablo’s de la Calle Maura 5. Besitos. Andrés”
El mensaje casi la produce diarrea, ¡la había mandado besitos!!!! A partir de ese momento, no levantó cabeza en todo el día y no daba pie con bola en el trabajo, hasta su jefe tuvo que llamarla la atención más de una vez por su reiterado despiste en la atención con los clientes y es que no he mencionado que Catalina trabajaba de recepcionista en una Agencia de Seguros, en horario de 9 a 16,00 horas.

Catalina dedicó más de una hora en acicalarse. Se puso un vestido marcando su fina figura y unos tacones que la habían dejado de “pabernos matao” aunque no sabía cómo iba a manejar semejante calzado pues no estaba acostumbrada a semejante altura.

Bueno, por fin llegó el gran momento, aunque habían quedado a las 19, a 18,30 Catalina ya se había metido en el bar de enfrente y se había sentado pegada a la ventana para ver llegar a Andrés a lo lejos y hacerse una idea, antes de acudir a la cita. Ella no se había dado cuenta de que Andrés se encontraba dos mesas más atrás haciendo exactamente lo mismo que ella, pero no para hacerse a la idea sino para salir corriendo en caso de fraude, pues era bien sabido que muchos perfiles no se correspondían con la foto expuesta….

El caso es que los dos coincidieron en la puerta, “casualidades de la vida….” Y en el encontronazo y al verse las caras, en Andrés se produjo una sonrisa, mientras que Catalina parecía un tomate maduro, de lo colorada que se puso.

“¿Eres Catalina? “ preguntó Andrés con gesto de entusiasmo “la misma”  dijo Catalina con voz temblorosa y añadió “es que no he controlado bien el tiempo porque no conozco la zona, entonces como el bar parecía que estaba cerrado, me he metido en este y me he sentado un poco a descansar pues he venido andando desde el metro que queda un poco retirado y es que no sabía si se podría aparcar por aquí y como tengo un coche grande no me he atrevido, pero bueno, luego he visto sitios y he pensado que podría habérmelo traído y hubiera llegado más tarde….”  Con los nervios, Catalina no era consciente de la enorme charla innecesaria que le estaba pegando a Andrés sobre algo que a él no le interesaba ni lo más mínimo, pero ella se quedó muy a gusto con su explicación.

Tras las precipitadas y extendidas presentaciones, entraron en el bar donde se habían citado y en el cual, al parecer ya conocían a Andrés, pues la camarera le guiñó un ojo sonriéndole. Catalina en su todavía inocencia, entendió con ello que dicha señorita era cómplice de la supuesta ansiada cita de Andrés con Catalina, “le tengo en el bote, seguro” pensó la muchacha.

Después de pedir unas bebidas, Andrés se apresuró a comentar “Bueno, Catalina,  ¿me cuentas cosas sobre tí?” Catalina vio el cielo abierto ante tan general pregunta que la daba opción a extenderse todo lo que ella quisiera y poder demostrar a su macho la acertada elección de su perfil y esta fue su resumida contestación.

“Bueno Andrés, ante todo decirte que has tenido suerte en coincidir conmigo, pues soy nueva en la página, llevo sólo una semana. Soy una chica estupenda, trabajadora, buena, entregada, limpia, hago buenas comidas y siempre estoy dispuesta a agradar con todo lo que me piden, de hecho mi jefe está encantado de cómo le hago los trabajos y nunca pido nada a cambio, yo con agradar me conformo, además vivo sola y no tengo responsabilidades a mi cargo, mi casa siempre está abierta a todo el mundo que quiera disfrutar de mi compañía y todo lo que tengo lo ofrezco, soy muy generosa con lo mío, mira, el otro día vino el vecino a pedirme un par de patatas y le dejé con la comida hecha y dos peras en las manos, la mujer estaba encantada de lo contento que llegó el hombre a su casa y vino a darme las gracias. Pues eso es lo que hay, Andrés, una mujer de los pies a la cabeza, de las que no vas a encontrar fácilmente…”

El pobre chico no daba crédito a sus oídos su cara parecía la de un mimo de tantos gestos que iba haciendo según escuchaba a Catalina con su explicación.

Al cabo de una hora, estaban los dos en casa de Catalina y ella le había preparado un gazpacho y una tortilla de patata mientras que él intentaba sortear la situación para llevársela a la cama, pero lamentablemente Catalina no estaba por la labor y al primer intento de Andrés,  el muchacho se llevó tal bofetón que le salió tortilla hasta por la nariz.
Catalina disculpó su actitud comentando “Andrés yo no me acuesto con un hombre hasta que no se me declara formalmente y conoce a mi familia ¿quién te has creído que soy?”
Andrés tenía los ojos como platos, pues no comprendía nada, después de la charla que le había metido aquella extraña mujer sobre la comida, las peras y el vecino satisfecho, pero al final comprendió que había malinterpretado sus palabras.

Ahora su difícil labor era salir corriendo de esa casa cuanto antes y librarse de aquella estrecha mujer que no le iba a dar lo que él en realidad buscaba, así que con la excusa de que le habían avisado por mensaje de que su madre estaba enferma, desapareció de allí en un periquete.

A pesar de todo Catalina se quedó encantada y llamó a todas sus amigas para contarlas que le tenía en el bote y que había intentado besarla.

Lamentablemente, no volvió a tener noticias de Andrés, a pesar de que le envió alrededor de 15 mensajes preguntándole por su madre. Finalmente, un día se acercó al bar donde se habían citado y cuando preguntó a la camarera que aparentemente le conocía, ella contestó que no le había vuelto a ver desde el último polvo que habían echado en la parte de atrás del bar.

Este fue el primer palo que Catalina se llevó en la búsqueda de su nuevo novio, pero aún la quedaría más.



Continuará……

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