jueves, 29 de enero de 2015

Capítulo 45 - Eva

Después de aquel fin de semana, me pasé quince días convaleciente y en la cama, pues el catarro que me agarré, fue de órdago.

Una vez y ya recuperado, estaba desayunando un sábado por la mañana, y me decidí a volver a mirar los perfiles de mujeres de aquella página llamada “Te buscó a ti”; Si, aquella página dónde empezó mi búsqueda de pareja, para ver si algo había cambiado y sobre todo, para ver si había chicas nuevas.

Ví un perfil que decía: -Hola, me llamo Irina, soy rubia, ojos azules, delgada y enseño el búlgaro-

Joer qué directa es esta Irina, voy a escribirle.

Le escribí y resulta que el búlgaro era un idioma, y no lo que yo imaginaba.

Había otro que decía: - Busco pareja, estoy divorciada desde hace dos años y lo mismo te encuentro-

No tuve valor para seguir leyendo y cerré rápidamente aquel perfil, pues aquella chica era la que tenía los pies llenos de musgo.

A ver, otro perfil……mira mejor no sigo, que esto es lo mismo de siempre.

Estaba terminando de esbozar ese pensamiento, cuando sonó en mi teléfono móvil el silbidito de Whatsapp.

Era Eva, la chica del la casa del fin de semana donde agarré el constipado.

El texto decía: “Hola Javi, siento lo que te pasó y me gustaría que volviésemos a vernos…… ☺”.

Yo le contesté: “Hola Eva, cuando tu quieras”.

Y Eva dijo: “¿Qué te parece si quedamos hoy? ☺ ”.

“Bien, me parece bien, dime dónde?”.

“Podemos quedar en Maribi¨s………..(O_O).

“Si claro, pero dime dónde está”.

“En la calle Carmelocotón, número veinticinco :))) ”

“Vale, allí estaré y a qué hora?”

“Te parece a las 7 de la tarde?....:)))))”.

“Si, claro, allí estaré”. ;)

“Vale. Besos”.

-Besos, ha dicho besos?????, esto promete.-

A las 7 de la tarde estaba yo en Maribi´s, una cafetería muy mona del centro.

Me quedé esperando a Eva en la puerta y ella llegó puntualmente.

“Hola Eva”

“Hola Javi”.

“Pasamos?”

“Si claro”.

Entramos en el local y nos sentamos en una mesa.

El lugar era acogedor, y estaba decorado con un ambiente elegante. Se notaba que Eva era una mujer de buen gusto.

La música tenía el volumen preciso para ser escuchada y a la vez para poder mantener una conversación. Los temas musicales que sonaban, eran relajantes y muy adecuados para la ocasión.

“Oye Javi”,

“Dime Eva”.

“Te gusta jugar a Pádel?”.

“Pues si, he jugado en alguna ocasión, por qué lo dices?”.

“Pues mira, porque tengo un amigo que da clases y lo mismo te apetece que él te enseñe un poco, además yo también me apuntaría y así podemos hacerlo juntos. Que te parece??”.

“La verdad es que me parece muy bien Eva”.

“Pues nada, mañana llamo a mi amigo y le digo que el próximo sábado lo reserve para nosotros y que sepas que es un profesor buenísimo, hasta ha escrito un libro sobre Pádel”.

“Mejor que mejor Eva”.

Nunca hubiese podido imaginar lo que aceptar aquella invitación supondría en mi vida y sobre todo en lo referente a conocer a aquel profesor de Pádel.

El resto de la tarde transcurrió entre conversaciones amables y muchas risas, pues Eva era una mujer con la que se podía hablar de cualquier tema y además una risueña sin remedio.

Mientras hablábamos, yo miraba los ojos de Eva, y ella se fijaba en los mios, provocando ambos un puente entre nuestras miradas, que se hacía cada vez más intenso.

Las palabras de Eva resonaban en mi cabeza, como si fuesen capanillas de dulce sonido y cada vez que ella sonreía, mi alma se llenaba un poco más, con la rebosante alegría de aquella preciosa mujer.

Parecía mentira, pero nada se caía al suelo, ni yo tiraba nada, ni nada se me venía encima. Yo no sé que pasó aquella tarde, pero lo cierto es, que la normalidad inundó mi mundo y apartó de mi todos esos sucesos que hasta el día de hoy, me habían perseguido.   

Era una sensación nueva para mi, nada estropeaba aquella cita y sin duda era una experiencia muy agradable.


Crucé los dedos…………………..

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