Aquel hombre
estaba inerte en aquella cueva, cuando su intercomunicador comenzó a crepitar.
Una voz que
salía de aquel aparato dijo: “John, debes desistir de tu intento”.
El hombre, incorporándose sobre si mismo, cogió el aparato y pulsó el botón que le
daba la oportunidad de poder comunicarse con la persona que se encontraba al
otro lado de las ondas.
“General
Truman”, dijo, “No siento las piernas. No dejo de pensar en aquellos muchachos
volando por los aires. Y ahora esto”.
“John, la
guerra ha terminado y debes irte a casa”.
“No puedo
General Truman, no puedo”.
Eva y yo nos
miramos de manera cómplice, pues sabíamos que después de aquella conversación,
vendría la acción.
Pulsamos la
pausa del Blu Ray y nos dirigimos hacia la cocina para preparar más palomitas.
A Eva y a mi
nos gustan las películas antiguas y “Acorralado” o Rambo como todo el mundo
conoce esa película, nos gusta especialmente.
Ese fin de
semana hacía frío y llovía constantemente, así que, qué mejor manera de pasar ese
sábado viendo películas, comiendo palomitas y en compañía de aquella preciosa
mujer.
El maíz se
convertía lentamente en palomitas y nosotros mientras tanto, esperábamos
abrazados que el microondas terminase de convertir todos aquellos granos, en el
manjar sin el cual el cine pierde su sentido.
CLINK!!!!,
sonó el aparato, anunciando que ya podíamos retirar de su interior el
envoltorio que ocultaba nuestro esperado manjar.
“Sabes una
cosa Eva?”, dije yo, “En las cosas más sencillas, se encuentran los mayores
placeres de la vida”.
“Es verdad
Javi, estoy totalmente de acuerdo contigo”.
Nos
dirigimos nuevamente al salón de la casa, donde nos esperaba John Rambo en la
imagen congelada del Blu Ray.
La verdad es
que así parado, no parecía tan agresivo…jejejeje.
Eva se sentó
en el sofá y no pudiendo reprimir mis instintos, le dí un beso en los labios.
Ella me
sonrió y me devolvió el beso mientras me abrazaba, como si pensase que me fuera a escapar.
No Eva,
desde luego que no me voy a escapar.
La tarde transcurrió
entre películas, palomitas, besos y sonrisas cómplices.
Si yo
hubiese tenido que definir el amor, creo que hubiese dicho, que aquella tarde
era el amor perfecto, pues estar con Eva me transportaba a esa paz que yo
siempre había querido, a ese equilibrio perfecto tan difícil de conseguir.
Rambo
terminó por acribillar a toda población de aquella pequeña ciudad y decidimos
que el arte de la guerra debía dejar paso a algo más humano, más cercano y más
real, así que decidimos poner Love Story, esa película que describe a una pareja que se ama profundamente, pero que termina de manera trágica.
Mientras
veíamos esta película, Eva tuvo siempre los ojos aguachinados, mientras yo, y no queriendo parecer un blandengue, reprimía
mis lágrimas diciendo a Eva a cada momento, lo guapa que estaba con aquella
carita de pena.
Aquel fin de
semana fue perfecto, simple y llanamente perfecto y aunque me había costado
llegar hasta él, ciertamente había merecido la pena.
La vida misma. Luego se acaba la peli... y creemos que algo ha cambiado...
ResponderEliminarQue hemos encontrado a un candidato perfecto para pasar el resto de nuestra vida con él. Y luego pasado esa noche perfecta. Nos damos cuenat que no es asi.
Besitos
Soy Alejandria Pérez.
ResponderEliminarSeguir escribiendo. Me parecen interesantes vuestros blogs
Gracias Alejandria por tus comentarios y por tus ánimos.
EliminarSeguiremos escribiendo y esperamos que te sigan gustando nuestras historias. (Malena y Javi)
Gracias guapísima. Un besazo :)).
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